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Una Vez Anhelado
Blake Pierce
Un Misterio de Riley Paige #3
ВЎUna obra maestra del gГ©nero de thriller y misterio! El autor hizo un buen trabajo desarrollando a los personajes con un lado psicolГіgico. Los describe tan bien que sientes que estГЎs en sus mentes, sigues sus temores y te alegras por sus Г©xitos. La trama es muy inteligente y el libro te mantendrГЎ entretenido de principio a fin. Este libro te mantendrГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche debido a sus giros inesperados. Opiniones de libros y pelГculas, Roberto Mattos (Una vez desaparecido) UNA VEZ ANHELADO es el libro #3 de la serie exitosa de misterio de Riley Paige, que comienza con UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), ВЎuna descarga gratuita! Nadie se preocupa mucho cuando prostitutas aparecen muertas en Phoenix. Pero cuando se descubre un patrГіn preocupante de asesinatos, la policГa local pronto se da cuenta que un asesino en serie estГЎ haciendo de las suyas y saben que no pueden con esto. Dada la naturaleza Гєnica de los crГmenes, el FBI sabe que necesita a su mente mГЎs brillante para resolver el caso, saben que necesitan a la agente especial Riley Paige. Riley, recuperГЎndose de su Гєltimo caso y tratando de lidiar con las consecuencias, estГЎ renuente al principio. Pero cuando se entera de la naturaleza grave de los crГmenes y entra en cuenta que el asesino pronto atacarГЎ de nuevo, se ve obligada. Comienza su caza para encontrar al asesino huidizo y su naturaleza obsesiva la lleva demasiado lejos – esta vez quizГЎs demasiado lejos como para no caer en el abismo. La bГєsqueda de Riley la lleva al inquietante mundo de prostitutas, hogares desestructurados y sueГ±os rotos. Aprende que, incluso entre estas mujeres, hay destellos de esperanza, esperanza que estГЎ siendo robada por un psicГіpata violento. Cuando una adolescente es secuestrada, Riley, en una carrera frenГ©tica contra el tiempo, lucha para navegar en las profundidades de la mente del asesino. Pero lo que descubre la lleva a un giro que es demasiado impactante para siquiera imaginarlo. Un thriller psicolГіgico oscuro con suspenso emocionante, UNA VEZ ANHELADO es el libro #3 de una nueva serie fascinante – con un nuevo personaje querido – que te dejarГЎ pasando pГЎginas hasta bien entrada la noche. El Libro #4 en la serie de Riley Paige estarГЎ disponible pronto.
U N A V E Z A N H E L A D O
(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 3)
B L A K E P I E R C E
Blake Pierce
Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio de RILEY PAIGE, que incluye los thriller de suspenso y misterio UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), UNA VEZ TOMADO (Libro #2) y UNA VEZ ANHELADO (Libro #3). Blake Pierce tambiГ©n es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE.
Blake Pierce es un ГЎvido lector y fan de toda la vida de los gГ©neros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, asГ que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com (http://www.blakepierceauthor.com) para saber mГЎs y mantenerte en contacto.
Derechos de autor В© 2016 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. Excepto segГєn lo permitido bajo la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicaciГіn podrГЎ ser reproducida, distribuida, transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en una base de datos o sistema de recuperaciГіn, sin el permiso previo del autor. Este libro electrГіnico estГЎ disponible solo para su disfrute personal. Este libro electrГіnico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustarГa compartir este libro con otra persona, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estГЎs leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrГ©salo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficciГіn. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginaciГіn del autor o se emplean como ficciГіn. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Derechos de autor de la imagen de la cubierta son de GongTo, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.
LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE
SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE
UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)
UNA VEZ TOMADO (Libro #2)
UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)
UNA VEZ ATRAГЌDO (Libro #4)
SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE
ANTES QUE ASESINE (Libro #1)
SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK
UNA RAZГ“N PARA MATAR (Libro #1)
CONTENIDO
PRГ“LOGO (#udab78469-9a27-56ec-9e9b-f135dbecdb62)
CAPГЌTULO UNO (#u38db9403-9acc-58ab-8d30-123650fb7a7f)
CAPГЌTULO DOS (#u1eb9df9f-bea2-5f5e-8ddb-78e7558d69f4)
CAPГЌTULO TRES (#u84044ffd-1bff-53fb-9991-87cfb113ee32)
CAPГЌTULO CUATRO (#uecdcd432-adfe-5cf8-a9a0-e73c148d781a)
CAPГЌTULO CINCO (#u2c3c8d81-4674-5de9-aff5-82ef3c711ed2)
CAPГЌTULO SEIS (#u646ca3ab-d104-5f99-ad5b-9730172bf6e9)
CAPГЌTULO SIETE (#u61e092f1-ceee-55a4-a35e-93cc60fc8b82)
CAPГЌTULO OCHO (#u343e8532-3550-575b-9230-d5a735ae721c)
CAPГЌTULO NUEVE (#u93a063d3-ea5a-5316-a580-d52ef5161e7f)
CAPГЌTULO DIEZ (#u43acf9e1-34b4-5cce-8abf-956714517dc1)
CAPГЌTULO ONCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DOCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TRECE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CATORCE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO QUINCE (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO DIECISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO DIECINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIUNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIDГ“S (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTITRÉS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTICINCO (#litres_trial_promo)
CAPÍTULO VEINTISÉIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTISIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTIOCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO VEINTINUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y UNO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y DOS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y TRES (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CUATRO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y CINCO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SEIS (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y SIETE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y OCHO (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO TREINTA Y NUEVE (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CUARENTA (#litres_trial_promo)
CAPГЌTULO CUARENTA Y UNO (#litres_trial_promo)
PrГіlogo
Janine creyГі ver algo oscuro en el agua cerca de la costa. Era grande y negro y parecГa moverse un poco en el agua.
Le dio otra fumada a la pipa de marihuana y se la devolviГі a su novio. ВїPodrГa ser un gran pez? ВїO algГєn otro tipo de criatura?
Janine negГі con la cabeza, diciГ©ndose a ella misma que no se dejara abrumar por su imaginaciГіn. Asustarse arruinarГa el efecto de la droga. El lago Nimbo era un gran embalse artificial equipado para la pesca igual a muchos otros lagos de Arizona. Nadie habГa reportado la existencia de monstruos por estos lados.
Oyó a Colby decir: “Guau, ¡el lago está en llamas!”.
Janine se volviГі para mirar a su novio. Su cara pecosa y pelo rojo brillaban en la luz del sol por la tarde. Acababa de darle otra fumada a la pipa de marihuana y estaba mirando el agua con asombro.
Janine se rio. “Solo estás drogado, hombre”, dijo. “En todos los sentidos”.
“SГ, y el lago estГЎ en llamas”, dijo Colby.
Janine se volviГі y observГі el lago Nimbo. Aunque aГєn no estaba tan droga, la vista era impresionante. El sol de la tarde encendiГі la pared del caГ±Гіn, volviГ©ndola un conglomerado de rojos y amarillos. El agua reflejaba los colores como si fuera un gran espejo.
TomГі la pipa de nuevo e inhalГі profundamente, sintiendo la agradable quemadura en su garganta. EstarГa bastante drogada en cualquier momento. SerГa muy divertido.
AГєn asГ, ВїquГ© era esa forma negra bajo el agua?
“Es solo un efecto de la luz”, pensó Janine.
Era mejor ignorarlo y no asustarse por eso. Todo lo demГЎs era tan perfecto. Este era el lugar favorito de Colby y de ella. Era demasiado hermoso, estaba metido en una de las caletas del lago. Quedaba lejos de los campamentos, lejos de todo.
Colby y Janine generalmente venГan todos los fines de semana, pero hoy simplemente habГan faltado a clases. El tiempo de finales de verano era demasiado sabroso como para dejarlo pasar. AquГ habГa mГЎs fresco que en Phoenix. El carro viejo de Colby estaba estacionado justo al lado del camino de tierra detrГЎs de ellos.
Por fin se empezГі a sentir drogada mientras miraba el lago. El lago parecГa ser casi demasiado hermoso como para mirarlo. AsГ que mirГі a Colby. Г‰l le pareciГі demasiado hermoso tambiГ©n. Se aferrГі a Г©l y comenzГі a besarlo. Г‰l le devolviГі sus besos. SabГa demasiado bien. Todo de Г©l se veГa y se sentГa fabuloso.
Ella terminГі el beso y lo mirГі a los ojos y dijo: “Nimbo significa halo, ВїsabГas eso?”.
“Guau”, dijo. “Guau”.
Pareciera como si eso fuera la cosa mГЎs asombrosa que jamГЎs habГa escuchado en su vida. Se veГa demasiado chistoso diciendo eso como si fuera algo religioso. Janine se comenzГі a reГr, y Colby se rio tambiГ©n. En unos segundos estaban en los brazos del otro de nuevo, toqueteГЎndose.
Janine logrГі zafarse.
“¿Qué pasa?”, preguntó Colby.
“Nada”, respondió Janine.
Se quitГі su blusa de cuello halter en un abrir y cerrar de ojos. Los ojos de Colby se abrieron.
“¿Qué estás haciendo?”, preguntó.
“¿Qué crees que estoy haciendo?”.
Ella comenzГі a tirar de su camiseta, tratando de quitГЎrsela.
“Espera un minuto”, dijo Colby. “¿Aqu�”.
“¿Por qué no? Es mejor que el asiento trasero de tu carro. Nadie está viéndonos”.
“Pero tal vez un barco...”.
Janine se echГі a reГr. “¿Y quГ©? ВїA quiГ©n le importa si hay un barco?”.
Colby estaba cooperando ahora, ayudГЎndola a quitarle su camiseta. Estaban torpes de la emociГіn, haciendo todo aГєn mГЎs excitante. Janine no podГa imaginar por quГ© no habГan hecho esto aquГ antes. No es como si esta fuera la primera vez que habГan fumado marihuana aquГ.
Pero Janine no podГa sacarse la forma negra del agua de su mente. Era algo, y seguirГa inquietГЎndola y arruinando todo si no se enteraba de lo que era.
Se puso de pie, respirando fuertemente.
“Vamos”, dijo. “Echémosle un vistazo a algo”.
“¿A qué?”, preguntó Colby.
“No sé. Vamos”.
Ella tomГі la mano de Colby y dieron tumbos ladera abajo hacia la orilla. El mareo de Janine se estaba tornando amargo. Odiaba cuando pasaba eso. Entre mГЎs pronto descubriera que todo esto era inofensivo, mГЎs pronto podrГa volver a sentirse bien.
AГєn asГ, estaba empezando a desear que la marihuana no la hubiese afectado tan rГЎpidamente.
Entre mГЎs se acercaban, mГЎs podГa ver el objeto. Era de plГЎstico negro y podГa ver algunas de las burbujas que creaba en el agua. Y habГa algo pequeГ±o y blanco justo a su lado.
Janine pudo ver que se trataba de una gran bolsa de basura negra a lo que estaba a un metro del agua. Estaba abierta de un lado, de allГ se asomaba la forma de una mano demasiado pГЎlida.
“Un maniquГ, tal vez”, pensГі Janine.
Se inclinГі hacia el agua para verla mГЎs de cerca. Las uГ±as estaban pintadas de un rojo brillante que contrarrestaba la palidez. Janine sintiГі una corriente elГ©ctrica sacudir todo su cuerpo cuando por fin comprendiГі lo que estaba viendo.
La mano era real. Era la mano de una mujer. La bolsa contenГa un cadГЎver.
Janine comenzГі a gritar. OyГі a Colby gritar tambiГ©n.
Y sabГa que no podrГan dejar de gritar por un largo rato.
CapГtulo Uno
Riley sabГa que las diapositivas que estaba a punto de mostrarles a sus alumnos de la Academia de la FBI los conmocionarГa. Algunos de ellos probablemente desviarГan la mirada. AnalizГі los rostros jГіvenes y ansiosos que la miraban desde sus pupitres.
“Vamos a ver cГіmo reaccionan”, pensГі. “Esto podrГa ser importante para ellos”.
Riley sabГa que los asesinatos en serie eran los menos comunes de toda la gama de delitos. AГєn asГ, estos jГіvenes tenГan que aprender todo lo que habГa que aprender. Aspiraban ser agentes de campo del FBI y pronto descubrirГan que la mayorГa de los funcionarios locales no tenГan experiencia en casos de asesinatos en serie. Y la agente especial Riley Paige era una experta en asesinatos en serie.
Hizo clic en el control remoto. Las primeras imГЎgenes que aparecieron en la pantalla grande no eran nada violentas. Eran cinco carboncillos de mujeres jГіvenes y mujeres de mediana edad. Todas las mujeres eran atractivas y sonreГan. Se veГa que el artista que los habГa dibujado era muy talentoso.
“Estos cinco dibujos fueron creados hace ocho años por un artista llamado Derrick Caldwell”, dijo Riley mientras pasaba las diapositivas. “Todos los veranos se ganaba un montón de dinero haciendo retratos de turistas en la pasarela Dunes Beach aquà en Virginia. Estas mujeres fueron unas de sus últimas clientas”.
DespuГ©s del Гєltimo de los cinco retratos, Riley hizo clic de nuevo. La siguiente fotografГa era una imagen horrible de un congelador horizontal lleno de partes femeninas descuartizadas. OyГі sus estudiantes jadear.
“Esto es lo que les pasó a esas mujeres”, dijo Riley. “Mientras que Derrick las dibujaba, se convenció, en sus propias palabras, que 'eran demasiado hermosas como para vivir'. Asà que las acechó una por una, las mató, las descuartizó y las guardó en su congelador”.
Riley hizo clic en nuevo, y las siguientes imГЎgenes fueron aГєn mГЎs impactantes. Eran fotografГas tomadas por el equipo del mГ©dico forense despuГ©s de haber armado los cuerpos de nuevo.
“Caldwell revolvió tanto las partes de sus cuerpos que las mujeres fueron deshumanizadas más allá del reconocimiento”.
Riley se volteГі para mirar a sus estudiantes. Un estudiante varГіn estaba corriendo hacia la salida, agarrГЎndose el estГіmago. Otros parecГan estar a punto de vomitar. Algunos estaban llorando. Solo algunos parecГan no estar perturbados.
ParadГіjicamente, Riley se sentГa bastante segura que los estudiantes calmados serГan los que no sobrevivirГan el entrenamiento de la academia. Para ellos, solo eran fotos, nada era real. No serГan capaces de manejar el verdadero horror cuando tuvieran que experimentarlo en persona. No serГan capaces de manejar los efectos que tendrГa en sus vidas personales ni el estrГ©s postraumГЎtico que podrГan sufrir. Riley veГa imГЎgenes de antorchas en su mente a veces, pero su TEPT estaba disminuyendo. Estaba sanando. Pero estaba segura que todas las personas tenГan que sentir las cosas primero antes de poder recuperarse de ellas.
“Y ahora”, dijo Riley, “harГ© unas declaraciones y ustedes me dirГЎn si son mitos o realidades. AquГ les va la primera. 'La mayorГa de los asesinos en serie matan por razones sexuales'. ВїMito o realidad?”.
Muchos estudiantes levantaron las manos. Riley seГ±alГі a un estudiante en la primera fila que se veГa ansioso.
“¿Realidad?”, preguntó el estudiante.
“SГ, realidad”, dijo Riley. “Aunque pueden haber otras razones, el componente sexual es la mГЎs frecuente. Esto puede adoptar varias formas, a veces unas bastante extraГ±as. Derrick Caldwell es un ejemplo clГЎsico. El mГ©dico forense determinГі que cometiГі actos de necrofilia antes de descuartizar a las vГctimas”.
Riley vio que la mayorГa de sus estudiantes estaban tecleando notas en sus portГЎtiles. “AquГ les va otra declaraciГіn. “Los asesinos en serie infligen mГЎs violencia a sus vГctimas a medida que siguen matando”.
Los estudiantes volvieron a subir las manos. Esta vez Riley seГ±alГі al estudiante que estaba sentado unas filas atrГЎs.
“¿Realidad?”, dijo el estudiante.
“Mito”, dijo Riley. “Aunque ciertamente he visto algunas excepciones, la mayorГa de los casos no muestran ningГєn cambio con el tiempo. El nivel de violencia de Derrick Caldwell fue consistente en sus asesinatos. Pero era imprudente, no era ningГєn genio malvado. Se volviГі codicioso. Tomaba a una vГctima cada mes y medio. Hizo que su captura fuera casi inevitable por llamar tanta atenciГіn”.
MirГі el reloj y vio que su clase estaba a punto de terminar.
“Eso es todo por hoy”, dijo. “Pero hay muchas hipГіtesis errГіneas sobre los asesinos en serie y un montГіn de mitos aГєn circulan por allГ. La Unidad de AnГЎlisis de Conducta ha recopilado y analizado los datos, y he trabajado en casos de asesinatos en serie en todo el paГs. TodavГa nos falta mucha informaciГіn por cubrir”.
La clase terminГі y Riley comenzГі a empacar sus cosas para irse a casa. Tres o cuatro estudiantes se agruparon alrededor de su escritorio para hacerle preguntas.
“Agente Paige, ¿no estuvo involucrada en el caso de Derrick Caldwell?”, le preguntó un alumno.
“SГ”, dijo Riley. “Esa es una historia para otra ocasiГіn”.
No le animaba mucho el hecho de pensar en tener que contar esa historia, pero se guardГі ese detalle.
Una joven le preguntГі: “¿Caldwell fue ejecutado por sus crГmenes?”.
“TodavГa no ha sido ejecutado”, dijo Riley.
Riley intentГі escabullirse a la salida, esperando que eso no la hiciera parecer grosera. No se sentГa cГіmoda discutiendo la ejecuciГіn inminente de Caldwell. La verdad es que probablemente serГa programada para un dГa de estos. Como su captor principal, estaba mГЎs que invitada para presenciar su muerte. No habГa decidido aГєn si irГa o no.
Riley se sintiГі bien a lo que saliГі del edificio a una tarde agradable de septiembre. DespuГ©s de todo, todavГa estaba de licencia.
SufrГa de TEPT desde que un asesino maniГЎtico la habГa mantenido en cautiverio. LogrГі escapar y acabar con su atormentador. Pero ni siquiera habГa tomado una licencia en ese entonces. SiguiГі trabajando y hasta terminГі otro caso. El caso que tuvo lugar al norte del estado de Nueva York tuvo un final macabro, el asesino se degollГі enfrente de ella.
Ese momento aГєn la atormentaba. Cuando su supervisor Brent Meredith le informГі de otro caso, decidiГі no tomarlo. AccediГі a enseГ±ar una clase en la academia del FBI en QuГЎntico en su lugar por sugerencia de Meredith.
Riley pensГі en lo acertada de su decisiГіn mientras conducГa a casa. Finalmente sentГa que la paz reinaba en su vida.
AГєn asГ, comenzГі a sentir una sensaciГіn familiar e insidiosa en ese momento, una sensaciГіn que hacГa que su corazГіn latiera con fuerza. Se dio cuenta que era una sensaciГіn intensa de anticipaciГіn, de algo siniestro que estaba por venir.
Y aunque intentГі imaginarse a sГ misma en esta paz por siempre, sabГa que no durarГa.
CapГtulo Dos
Riley sintiГі una punzada de temor a lo que su celular comenzГі a vibrar en su cartera. Se detuvo en frente de la puerta principal de su nueva casa adosada y sacГі su celular. Su corazГіn dio un vuelco.
Era un mensaje de Brent Meredith.
LlГЎmame.
Riley se preocupГі. QuizГЎs su jefe le estaba escribiendo solo para ver cГіmo estaba. Ya se habГa vuelto algo habitual en Г©l Гєltimamente. Por otro lado, quizГЎs querГa que volviera al trabajo. ВїQuГ© harГa ella si eso fuera asГ?
“Le diré que no, obviamente”, pensó Riley.
Sin embargo, eso era mГЎs fГЎcil decirlo que hacerlo. Su jefe le agradaba, y sabГa que podГa ser muy persuasivo. Era una decisiГіn que no querГa tener que tomar, asГ que guardГі su celular.
Cuando abriГі su puerta principal y entrГі al espacio luminoso de su nuevo hogar, su ansiedad momentГЎnea se esfumГі. Todo parecГa estar tan bien desde que se habГa mudado.
Una voz agradable llamГі.
“¿Quién es?”.
“Soy yo”, respondió Riley. “Llegué a casa, Gabriela”.
La mujer guatemalteca corpulenta de mediana edad saliГі de la cocina, secГЎndose las manos con una toalla. Le agradaba ver el rostro sonriente de Gabriela. TenГa aГ±os siendo la criada de la familia, mucho tiempo antes de que Riley se divorciara de Ryan. Riley estaba agradecida por el hecho que Gabriela habГa aceptado mudarse con ella y su hija.
“¿CГіmo estuvo tu dГa?”, preguntГі Gabriela.
“Excelente”, dijo Riley.
“¡Qué bueno!”.
Gabriela volviГі a la cocina. El olor de una maravillosa cena ondulaba por toda la casa. OyГі a Gabriela comenzar a cantar.
Riley se quedГі parada en su sala de estar, disfrutando de su entorno. Ella y su hija tenГan poco tiempo de mudadas. La pequeГ±a casa en la que habГan vivido cuando se disolviГі su matrimonio era demasiado aislada como para ser segura. AdemГЎs, Riley habГa sentido la necesidad urgente de cambio, tanto para ella como para April. Era el momento de reconstruir su vida ya que por fin tenГa el divorcio y Ryan estaba siendo generoso con la manutenciГіn.
TodavГa le faltaban algunos detalles. Algunos de los muebles eran bastantes viejos y se veГan fuera de lugar en un ambiente tan prГstino. TenГa que reemplazarlos. Una de las paredes se veГa algo vacГa, y a Riley ya no le quedaban fotos que colgar allГ. Hizo una nota mental para ir de compras con April este fin de semana. Esa idea hizo a Riley sentirse cГіmodamente normal, una mujer con una vida familiar agradable en lugar de una agente rastreando algГєn asesino desviado.
Ahora se empezГі a preguntar dГіnde estaba April.
Se detuvo para escuchar. No escuchaba mГєsica salir del cuarto de April. Entonces oyГі a su hija gritar, el grito venГa del patio trasero.
Riley jadeГі y corriГі por su comedor hasta llegar a la gran cubierta del patio trasero. Cuando vio el rostro y el torso de April por encima de la valla, le tomГі a Riley un momento darse cuenta lo que estaba sucediendo. Entonces se relajГі y se rio de sГ misma. Su pГЎnico automГЎtico habГa sido una reacciГіn exagerada. Pero tambiГ©n habГa sido instintivo. Riley habГa rescatado a April de las garras de un loco que la habГa atacado para vengarse de su madre recientemente.
April desapareciГі de su vista y luego apareciГі de nuevo, chillando alegremente. Estaba saltando en el trampolГn de su vecino. Se habГa hecho amiga de la chica que vivГa allГ, una adolescente que tenГa la misma edad de April y que incluso asistГa a la misma escuela secundaria.
“¡Ten cuidado!”, le dijo Riley a April.
“¡Estoy bien, Mamá!”, respondió April entrecortadamente.
Riley se echГі a reГr de nuevo. Era un sonido desconocido que surgГa de sentimientos que casi habГa olvidado. QuerГa acostumbrarme a reГr de nuevo.
TambiГ©n querГa acostumbrarse a la expresiГіn alegre de su hija. Pareciera como si fuera ayer cuando April habГa sido terriblemente rebelde y taciturna, incluso para una adolescente. Riley no podГa culpar a April. Riley sabГa que, como madre, habГa dejado mucho que desear y ahora estaba haciendo todo lo posible para cambiar eso.
Esa era una de las cosas que mГЎs le gustaban de estar de licencia de su trabajo de campo y sus horas largas e impredecibles, a menudo en lugares lejanos. Ahora su horario encajaba con el de April, y la posibilidad de que esto tuviera que cambiar algГєn dГa aterraba a Riley.
“Mejor lo disfruto mientras pueda”, pensó.
Riley entrГі de nuevo a la casa justo a tiempo para escuchar el timbre de la puerta principal.
“Yo atiendo, Gabriela”, gritó Riley.
AbriГі la puerta y se sorprendiГі al ver el rostro sonriente de un hombre que no habГa visto antes.
“Hola”, dijo tГmidamente. “Yo soy Blaine Hildreth, de al lado. Tu hija estГЎ en mi casa ahora mismo con mi hija Crystal”. Sostuvo una caja frente a Riley y aГ±adiГі: “Bienvenidas al vecindario. Les traje un pequeГ±o regalo de bienvenida”.
“Ah”, dijo Riley. Esta cordialidad la sorprendió, no estaba acostumbrada a ella. Le tomó un momento decir: “Pasa adelante, por favor”.
TomГі el regalo y le ofreciГі un asiento en una silla de la sala de estar. Riley se sentГі en el sofГЎ con la caja de regalo en su regazo. Blaine Hildreth estaba mirГЎndola con expectaciГіn.
“Esto es tan amable de tu parte”, dijo, abriendo el paquete. ContenГa unas tazas de cafГ© coloridas, dos de ellas decoradas con mariposas y las otras dos con flores.
“Son bonitas”, dijo Riley. “¿Quieres café?”.
“SГ, gracias”, dijo Blaine.
Riley llamГі a Gabriela, quien vino de la cocina.
“Gabriela, ВїpodrГas traernos cafГ© en estas tazas?”, dijo, entregГЎndole dos de las tazas. “Blaine, ВїcГіmo te gusta el tuyo?”.
“Negro”.
Gabriela volviГі a la cocina con las tazas.
“Mi nombre es Riley Paige”, le dijo a Blaine. “Gracias por visitarnos. Y gracias por el regalo”.
“De nada”, dijo Blaine.
Gabriela regresГі con dos tazas de cafГ© caliente, luego volviГі a la cocina para seguir con sus labores. Riley se encontrГі evaluando a su vecino, y esto la avergonzГі un poco. No podГa resistirse ahora que era soltera. Esperaba que Г©l no lo notara.
“Qué importa”, pensó. “Tal vez él está haciendo lo mismo conmigo”.
Lo primero que observó es que no estaba usando un anillo de bodas. “Viudo o divorciado”, pensó.
Luego estimГі que tenГan casi la misma edad, tal vez Г©l era un poco mГЎs joven, casi cerca de los cuarenta.
Por Гєltimo, era apuesto. TenГa entradas, pero no se le veГan mal. Y era esbelto y parecГa estar en forma.
“¿En qué trabajas?”, preguntó Riley.
Blaine se encogió de hombros. “Soy dueño de un restaurante. ¿Conoces El Grill de Blaine, el que queda en el centro?”.
Riley quedГі gratamente impresionada. El Grill de Blaine era uno de los restaurantes informales mГЎs bonitos de Fredericksburg. Le habГan dicho que era un excelente lugar para cenar, pero no habГa tenido la oportunidad de visitarlo.
“SГ, he ido”, dijo.
“Bueno, es mГo”, dijo Blaine. “¿Y tГє?”.
Riley respirГі profundamente. Nunca era fГЎcil para ella decirle a un desconocido lo que hacГa para ganarse la vida. Los hombres eran los que mГЎs se intimidaban.
“Trabajo con el FBI”, dijo. “Soy — agente de campo”.
Los ojos de Blaine se abrieron.
“¿En serio?”, preguntó.
“SГ, estoy de licencia en estos momentos. Estoy enseГ±ando una clase en la academia”.
Blaine se inclinГі hacia ella con creciente interГ©s.
“Guau. Seguro tienes bastantes historias que contar. Me encantarГa escuchar una”.
Riley se echГі a reГr de los nervios. Se preguntaba si alguna vez serГa capaz de contarle a alguien que no perteneciera a la Oficina algunas de las cosas que habГa visto. SerГa aГєn mГЎs difГcil hablar sobre algunas de las cosas que habГa hecho.
“No lo creo”, dijo Riley bruscamente. Riley notГі que Blaine se puso tenso, y se dio cuenta que su tono habГa sido un poco grosero.
Él agachó su cabeza y dijo: “Te pido disculpas. Ciertamente no era mi intención incomodarte”.
Siguieron charlando por minutos, pero Riley sabГa que su vecino estaba siendo mГЎs reservado. Riley cerrГі la puerta detrГЎs de Г©l y suspirГі luego de su despedida amable. EntrГі en cuenta que no se estaba haciendo accesible. La mujer que estaba reconstruyendo su vida seguГa siendo la misma Riley.
Pero se dijo a sГ misma que esto no era importante por los momentos. Una relaciГіn por despecho era lo Гєltimo que necesitaba ahora mismo. Necesitaba enfocarse en reorganizar su vida, y apenas estaba empezando a avanzar en esa direcciГіn.
AГєn asГ, habГa sido agradable pasar unos minutos hablando con un hombre atractivo. TambiГ©n era un alivio tener vecinos, y estos vecinos eran bastante agradables.
*
Cuando Riley y April se sentaron en la mesa para cenar, April no podГa dejar de andar su smartphone.
“Por favor dejar de enviar mensajes de texto”, dijo Riley. “Es la hora de cenar”.
“Dame un minuto, Mamá”, dijo April. Siguió enviando mensajes de texto.
Este comportamiento adolescente de April solo irritГі a Riley un poco. La verdad era que eso tenГa su lado positivo. A April le estaba yendo muy bien en la escuela este aГ±o y estaba haciendo nuevos amigos. Para Riley, era un buen grupo de chicos, mucho mejores que con los que April solГa pasar el rato. Riley supuso que April estaba escribiГ©ndole a un chico que le interesaba. Sin embargo, April no lo habГa mencionado aГєn.
April dejГі de enviar mensajes de texto cuando Gabriela entrГі de la cocina con una bandeja de chiles rellenos. April dejГі escapar una risa pГcara a lo que colocГі el plato caliente de chiles en la mesa.
“Bastante picante Gabriela, ¿o no?”, preguntó.
“SГ”, dijo Gabriela, riГ©ndose tambiГ©n.
Era una chiste constante entre las tres. Ryan odiaba la comida picante, realmente ni podГa comerla. Para Riley y April, entre mГЎs picante, mejor. Gabriela ya no tenГa que retenerse, o al menos no tanto como solГa hacerlo. Riley dudaba si ella y April podГan soportar las recetas guatemaltecas originales de Gabriela.
Cuando Gabriela terminó de servir la comida para las tres, le dijo a Riley: “El caballero es guapo, ¿no?”.
Riley se puso colorada. “¿Guapo? No lo noté, Gabriela”.
Gabriela se echГі a reГr. Se sentГі a comer con ellas y comenzГі a canturrear una melodГa. Riley supuso que era una canciГіn de amor guatemalteca. April mirГі fijamente a su madre.
“¿Qué caballero, Mamá?”, preguntó.
“Ah, nuestro vecino vino hace un rato —”.
April interrumpiГі con entusiasmo. “¡Dios mГo! ВїFue el papГЎ de Crystal? ВЎSГ, verdad! ВїNo es hermoso?”.
“Y creo que es soltero”, dijo Gabriela.
“Ya, ya”, dijo Riley con una sonrisa. “Denme espacio. No necesito que unan fuerzas para tratar de emparejarme con el vecino”.
Empezaron a devorarse los chiles rellenos y el celular de Riley comenzГі a vibrar en su bolsillo cuando estaban a punto de terminar de cenar.
“Maldita sea”, pensГі. “No lo hubiese traГdo a la mesa”.
El celular siguiГі vibrando. TenГa que contestar, no le quedaba de otra. Brent Meredith le habГa dejado otros dos mensajes desde su llegada a casa, y ella seguГa diciГ©ndose a sГ misma que lo llamarГa mГЎs tarde. Ya no podГa postergarlo mГЎs, asГ que se retirГі de la mesa y contestГі el telГ©fono.
“Riley, siento molestarte de esta manera”, dijo su jefe. “Pero realmente necesito tu ayuda”.
A Riley le sorprendiГі que Meredith la llamara por su nombre ya que no era algo habitual. Aunque se sentГa muy cercana a Г©l, generalmente la llamaba agente Paige. Г‰l normalmente era muy formal, al punto de ser brusco.
“¿Qué sucede, señor?”, preguntó Riley.
Meredith se quedГі callado por unos instantes. Riley se preguntaba por quГ© se estaba mostrando reticente y comenzГі a preocuparse. Se sentГa segura que estas eran precisamente las noticias que habГa estado temiendo.
“Riley, necesito pedirte un favor personal”, dijo, sonando menos autoritario de lo habitual. “Me pidieron investigar un asesinato en Phoenix”.
Esto sorprendiГі a Riley. “¿Un solo asesinato?”, preguntГі. “¿Por quГ© el FBI tendrГa que involucrarse en eso?”.
“Tengo a un viejo amigo en la oficina en Phoenix”, dijo Meredith. “Garrett Holbrook. Fuimos juntos a la academia. Su hermana Nancy fue la vГctima”.
“Lo siento mucho”, dijo Riley. “Pero la policГa local...”.
SintiГі sГєplica en la voz de Meredith.
“Garrett quiere que lo ayudemos. Ella era una prostituta. Simplemente desapareció y luego su cuerpo apareció en un lago. Quiere que lo investiguemos como si fuera un asesinato en serie”.
A Riley le parecГa extraГ±a esa peticiГіn. Las prostitutas a menudo desaparecГan sin ser asesinadas. A veces decidГan hacer su trabajo en algГєn otro lugar. O simplemente dejaban de hacerlo.
“¿Tiene alguna razón para creer que lo es?”, preguntó.
“No lo sé”, respondió Meredith. “Tal vez quiere creer eso para involucrarnos. Pero sabes que es cierto que las prostitutas son blancos frecuentes de los asesinos en serie”.
Riley sabГa que eso era asГ. Los estilos de vida de las prostitutas las ponГan en riesgo. Eran visibles y accesibles, estaban solas con extraГ±os, a menudo dependientes de drogas.
Meredith continuГі: “Él me llamГі personalmente. Le prometГ que enviarГa al mejor personal a Phoenix. Y obviamente eso te incluye a ti”.
Esto conmoviГі a Riley. Meredith estaba haciendo esto cada vez mГЎs difГcil.
“Por favor entiéndame, señor”, dijo. “No puedo tomar un nuevo caso ahora”.
Riley sentГa que estaba siendo deshonesta. “¿No puedo o no quiero?”, se preguntГі a sГ misma. DespuГ©s de haber sido capturada y torturada por un asesino en serie, todos habГan insistido en que se fuera de licencia. HabГa intentado hacerlo, pero se encontrГі necesitando volver al trabajo desesperadamente. Ahora se preguntaba la razГіn de ese desespero. HabГa sido imprudente y autodestructiva, y todo esto le habГa costado ganar el control de su vida. Cuando finalmente matГі a Peterson, su atormentador, pensГі que todo estarГa bien. Pero aГєn la atormentaba, y le estaba costando mucho aceptar cГіmo habГa terminado su Гєltimo caso.
Después de una pausa, añadió: “Necesito más tiempo fuera del campo. Técnicamente estoy de licencia y realmente estoy tratando de reconstruir mi vida”.
CayГі un largo silencio. No parecГa que Meredith se pondrГa a discutir con ella, y mucho menos abusar de su autoridad. Pero tampoco le dirГa que no importaba, no dejarГa de presionarla.
OyГі a Meredith suspirar tristemente. “Garrett y Nancy tenГan aГ±os distanciados y lo que le pasГі lo estГЎ carcomiendo. Creo que eso sirve de lecciГіn, Вїo no? No debemos dar por sentado a ninguna persona de nuestras vidas. Siempre debemos hacer el intento”.
Riley casi deja caer el celular. Las palabras de Meredith pusieron el dedo en la llaga, en una llaga en la que Riley no habГa pensado por mucho tiempo. Riley habГa perdido el contacto con su hermana mayor hace aГ±os. Estaban distanciadas, y Riley no habГa pensado en Wendy durante mucho tiempo. No tenГa ni idea de lo que estaba haciendo su hermana en estos momentos.
“Prométeme que lo pensarás”, dijo Meredith luego de otra pausa.
“Lo haré”, dijo Riley.
Finalizaron la llamada.
Se sentГa terrible. Meredith habГa estado a su lado durante momentos terribles y nunca habГa mostrado vulnerabilidad hacia ella antes. Ella odiaba decepcionarlo, y le acababa de prometer que lo considerarГa.
Y no importaba quГ© tan desesperadamente querГa negarse, Riley no estaba segura de poder hacerlo.
CapГtulo Tres
El hombre se encontraba sentado dentro de su carro en el estacionamiento, viendo a la puta acercarse por la calle. Se llamaba a sГ misma Chiffon; obviamente este no era su nombre real. Y estaba seguro que habГa muchas mГЎs cosas de ella que no sabГa.
“Puedo obligarla a decirme”, pensó. “Pero aquà no. Hoy no”.
Tampoco la matarГa aquГ hoy. No, no aquГ tan cerca de su lugar de trabajo habitual, el supuesto “Gimnasio CinГ©tico”. Desde donde estaba sentado, podГa ver los equipos de ejercicio decrГ©pitos por las ventanas: tres cintas caminadoras, una mГЎquina de remo y un par de mГЎquinas de pesas. Por lo que sabГa, nadie venГa al gimnasio a ejercitarse.
“No de una manera socialmente aceptable”, pensó con una sonrisa.
No venГa mucho a este lugar, no desde que habГa raptado a esa morena que habГa trabajado allГ hace aГ±os. Obviamente no la habГa matado allГ. La habГa llevado a un cuarto de motel para recibir “servicios adicionales”, prometiГ©ndole pagarle mucho mГЎs dinero.
No habГa sido asesinato premeditado, ni siquiera en ese momento. La bolsa de plГЎstico sobre su cabeza solo pretendГa aГ±adir un elemento de fantasГa y peligro. Le sorprendiГі lo tan satisfecho que se habГa sentido una vez de haberlo hecho. HabГa sido un placer epicГєreo y distintivo, incluso en todos los placeres que habГa experimentado en su vida.
AГєn asГ, habГa ejercido mГЎs cuidado y moderaciГіn en sus encuentros amorosos desde entonces. O por lo menos lo habГa hecho hasta la semana pasada, cuando el mismo juego se volviГі mortal de nuevo con esa acompaГ±ante. ВїCГіmo es que se llamaba?
“Ah, sГ”, recordГі. “Nanette”.
HabГa sospechado en ese momento que Nanette quizГЎs no era su verdadero nombre. Ahora jamГЎs lo descubrirГa. En su corazГіn sabГa que su muerte no habГa sido un accidente. Г‰l habГa querido hacerlo. Y tenГa la conciencia limpia. Estaba listo para hacerlo de nuevo.
La puta que se hacГa llamar Chiffon estaba ya a media cuadra, vestida con una camiseta amarilla con escote baГ±era y una minifalda, tambaleando hacia el gimnasio en tacones altos y hablando por su telГ©fono celular.
Realmente querГa saber si su verdadero nombre era Chiffon. Su encuentro profesional anterior habГa sido un fracaso, seguramente por culpa de ella. Algo de ella lo habГa inquietado.
SabГa que era mayor de lo decГa ser. Era mГЎs que su cuerpo, incluso las putas adolescentes tenГan estrГas de parto. Y tampoco eran las arrugas de su rostro. Las putas envejecГan mГЎs rГЎpido que cualquier otro tipo de mujer.
Simplemente no sabГa quГ© era; lo que sГ sabГa es que ella lo confundГa. TenГa un entusiasmo infantil que no era la marca de una verdadera profesional, ni siquiera de una principiante.
Se reГa demasiado, como una niГ±a jugando con muГ±ecas. Era demasiado entusiasta. Curiosamente, sospechaba que a ella realmente le gustaba su trabajo.
“Una puta que realmente disfruta del sexo”, pensГі, viГ©ndola acercarse. “¿QuiГ©n ha oГdo de tal cosa?”.
Francamente, eso le quitaba las ganas.
Bueno, al menos estaba seguro que no era policГa. Se hubiera percatado de eso al instante.
Cuando ella se acercГі lo suficiente como para poder verlo, Г©l tocГі su bocina. DejГі de hablar por telГ©fono por un momento y mirГі hacia donde se hallaba, protegiendo sus ojos del sol. Cuando vio que era Г©l, lo saludГі y le sonriГі, una sonrisa que parecГa totalmente sincera.
Luego caminГі hacia la parte trasera del gimnasio, la entrada de los “empleados”. Se dio cuenta que probablemente tenГa una cita dentro del burdel. No importaba, la contratarГa otro dГa cuando estuviera de humor para un placer especГfico. Por ahora podГa disfrutar de las otras prostitutas.
RecordГі cГіmo habГan dejado las cosas la Гєltima vez. HabГa sido alegre, buena y comprensiva.
“Vuelve cuando quieras”, le habГa dicho. “SerГЎ mejor la prГіxima vez. Nos llevaremos de lo mejor. Las cosas se pondrГЎn muy emocionantes”.
“Ay, Chiffon”, murmuró en voz alta. “No tienes ni idea”.
CapГtulo Cuatro
Riley oГa disparos por todas partes. A su izquierda, oГa los chasquidos ruidosos de pistolas. A su derecha, oГa armamento mГЎs pesado, rГЎfagas de los rifles de asalto y subfusiles.
En medio de todo el alboroto, sacГі su pistola Glock de su pistolera de cadera, se colocГі en decГєbito prono y disparГі seis rondas. Se puso de rodilla y disparГі tres rondas. RecargГі su pistola hГЎbilmente, luego se puso de pie y disparГі seis rondas, y finalmente se arrodillГі y disparГі tres rondas mГЎs con su mano izquierda.
Se puso de pie y guardГі su arma, luego se alejГі de la lГnea de fuego y se quitГі sus orejeras y gafas protectoras. El blanco con el contorno en forma de botella estaba a veintitrГ©s metros de distancia. Incluso desde esta distancia, pudo ver que habГa agrupado sus disparos bastante bien. En las otras filas, los alumnos de la academia del FBI seguГan practicando bajo la supervisiГіn de su instructor.
Riley tenГa tiempo sin disparar un arma, a pesar de siempre estar armada en el trabajo. HabГa reservado esta fila en el polГgono de tiro de la Academia del FBI para ejercicios de tiro al blanco y, como siempre, sentir la fuerza de su arma la satisfacГa.
EscuchГі una voz detrГЎs de ella.
“Pareces de la vida escuela”.
Se volviГі y vio al agente especial Bill Jeffreys cerca, sonriendo. Ella le sonriГі de vuelta. Riley sabГa exactamente lo que Г©l querГa decir con “de la vida escuela”. El FBI habГa cambiado las reglas para poder calificar para obtener una pistola hace unos aГ±os. Disparar desde decГєbito prono ya no era un requerimiento. Ahora se ponГa mГЎs Г©nfasis en disparar a los blancos de cerca, entre tres y siete metros de distancia. Eso era complementado con la instalaciГіn de realidad virtual donde los agentes eran inmersos en escenarios que implicaban enfrentamientos armados de cerca. Y los alumnos tambiГ©n pasaban por el notorio Hogan's Alley, una ciudad simulada donde se enfrentaban a terroristas falsos con pistolas de bolas de pintura.
“A veces me gustan las cosas de la vieja escuela”, dijo. “Supongo que algГєn dГa tendrГ© que usar fuerza mortal a distancia”.
Por experiencia propia, Riley sabГa que en la vida real los enfrentamientos casi siempre eran de cerca, y que muchas veces eran inesperados. De hecho, realmente habГa tenido que pelear mano a mano en dos casos recientes. HabГa matado a uno de los atacantes con su propio cuchillo y al otro con una piedra.
“¿Crees que esto prepara a los chicos para la realidad?”, preguntГі Bill, asintiendo con la cabeza hacia los alumnos que ya habГan terminado y que estaban saliendo del polГgono de tiro.
“No realmente”, dijo Riley. “En RV, tu cerebro acepta la situación como real, pero no hay ningún peligro inminente, ningún dolor, no hay ninguna rabia que controlar. Dentro de ti sabes que realmente no existe ninguna posibilidad de morir”.
“Eso es correcto”, dijo Bill. “Tendrán que descubrir la realidad como lo hicimos nosotros muchos años atrás”.
Riley lo observГі de lado mientras se alejaban del polГgono de tiro.
Como ella, Г©l tenГa cuarenta aГ±os de edad y su pelo marrГіn tenГa algunas canas. Se preguntГі lo que significaba que se encontraba a sГ misma comparГЎndolo con su vecino esbelto.
“¿Cuál era su nombre?”, se preguntó. “Ah, sà — Blaine”.
Blaine era apuesto, pero no estaba segura si podГa hacerle la competencia a Bill. Bill era grande, sГіlido y muy atractivo.
“¿Qué te trae por estos lados?”, le preguntó.
“Me dijeron que estarГas aquГ”, dijo.
Riley entrecerrГі los ojos con inquietud. Probablemente no era solo una visita amistosa. DetectГі por su expresiГіn que no estaba listo para decirle lo que querГa aГєn.
“Si quieres hacer todo el ejercicio, puedo marcarte el tiempo”, dijo Riley.
“Te lo agradecerГa”, dijo Riley.
Pasaron a una secciГіn separada del campo de tiro, donde no estarГa en riesgo de ser alcanzada por las balas perdidas de los alumnos.
Mientras Bill operaba un cronГіmetro, Riley pasГі por todas las etapas del curso de calificaciГіn de pistola del FBI, disparando a la diana a tres, luego a cinco, luego a siete, luego a quince metros de distancia. La quinta y Гєltima etapa fue la Гєnica parte que le pareciГі poco desafiante, disparar desde detrГЎs de una barricada a 25 metros de distancia.
Riley se quitГі su protector de cabeza cuando terminГі. Ella y Bill caminaron a la diana y revisaron su trabajo. Todas las marcas de impacto estaban bien agrupadas.
“Cien por ciento — una puntuación perfecta”, dijo Bill.
“MГЎs le vale”, dijo Riley. OdiarГa el hecho de que se estuviese oxidando.
Bill seГ±alГі hacia la valla trasera mГЎs allГЎ del blanco.
“Es surrealista, ¿no?”, dijo.
Algunos ciervos de cola blanca pastaban en la cima de la colina. Realmente se habГan reunido allГ mientras ella habГa estado disparando. Estaban a su alcance, incluso con su pistola. Pero no se veГan ni un poco molestos por las miles de balas que golpeaban los blancos justo debajo de la cresta por la que andaban.
“SГ”, dijo ella, “y hermoso”.
Los ciervos eran comunes en esta Г©poca del aГ±o. Era temporada de caza, y de alguna manera sabГan que estarГan seguros aquГ. De hecho, los terrenos de la academia del FBI se habГan convertido en una especie de refugio para muchos animales, incluyendo zorros, pavos salvajes y marmotas.
“Un par de dГas atrГЎs, uno de mis estudiantes vio un oso en el estacionamiento”, dijo Riley.
Riley dio unos pasos hacia la valla trasera. Los ciervos levantaron sus cabezas, la miraron fijamente y se fueron trotando. No le tenГan miedo a los disparos, pero no querГan que la gente se acercara mucho.
“¿CГіmo supones que lo saben?”, preguntГі Bill. “Quiero decir, que es seguro aquГ. ВїNo es que todos los disparos suenan iguales?”.
Riley simplemente negГі con la cabeza. Era un misterio para ella. Su padre la habГa llevado a cazar de pequeГ±a. Para Г©l, los ciervos eran simplemente recursos, alimentos y piel. No le habГa molestado el matarlos hace tantos aГ±os. Pero eso habГa cambiado.
Le parecГa extraГ±o ahora que lo pensaba. No le costaba usar fuerza letal contra un ser humano cuando era necesario. PodГa matar a un hombre en un santiamГ©n. Pero matar a una de estas criaturas ahora parecГa inimaginable.
Riley y Bill caminaron hacia un ГЎrea de descanso cercana y se sentaron juntos en un banco. AГєn parecГa no querer explicarle por quГ© querГa hablar con ella.
“¿Cómo te está yendo solo?”, preguntó con una voz dulce.
SabГa era una pregunta delicada y vio a Bill hacer un gesto de dolor. Su esposa lo habГa dejado recientemente despuГ©s de aГ±os de tensiГіn entre su trabajo y su vida familiar. Bill habГa estado preocupado por la posibilidad de perder el contacto con sus hijos jГіvenes. Ahora estaba viviendo en un apartamento en la ciudad de QuГЎntico y pasaba tiempo con sus hijos los fines de semana.
“No lo sé, Riley”, dijo. “Creo que nunca me acostumbraré a estar solo”.
Estaba claramente deprimido y solo. Ella habГa sufrido como Г©l durante su reciente separaciГіn y divorcio. TambiГ©n sabГa que los momentos despuГ©s de una separaciГіn eran especialmente frГЎgiles. Aunque la relaciГіn no hubiera sido tan buena, te encuentras a ti mismo en un mundo de extraГ±os, extraГ±ando los aГ±os de familiaridad, no sabiendo muy bien quГ© hacer contigo mismo.
Bill tocó su brazo. “A veces pienso que lo único que me queda en la vida eres tú”, dijo emotivamente.
Riley sintiГі ganas de abrazarlo en ese momento. Cuando trabajaron como compaГ±eros, Bill habГa salido a su rescate un montГіn de veces, tanto fГsica como emocionalmente. Pero sabГa que tenГa que tener cuidado. Y sabГa que las personas podГan ser un poco locas en circunstancias como estas. Ella habГa llamado a Bill una noche en medio de una borrachera proponiГ©ndole que tuvieran una aventura. Ahora las situaciones eran contrarias. PodГa sentir su dependencia de ella, ahora que estaba comenzando a sentirse lo suficientemente fuerte y libre como para estar sola.
“Hemos sido buenos compañeros”, dijo. Era soso, pero no se le ocurrió otra cosa.
Bill respirГі profundamente.
“Quiero hablarte justamente de eso”, dijo. “Meredith me dijo que te habГa llamado sobre el caso de Phoenix. Estoy trabajando en Г©l. Necesito un compaГ±ero”.
Riley se sintiГі un poco irritada. La visita de Bill estaba empezando a parecer una emboscada.
“Le dije a Meredith que lo pensarГa”, dijo.
“Y ahora yo te estoy pidiendo que trabajes en el caso”, dijo Bill.
Un silencio cayГі entre ellos.
“¿Y Lucy Vargas?”, preguntó Riley.
La agente Vargas era una novata que habГa trabajado estrechamente con Bill y Riley en su caso mГЎs reciente. Ambos quedaron impresionados con su trabajo.
“Su tobillo no ha sanado”, dijo Bill. “No estará en el campo por otro mes”.
Riley se sentГa tonta por haberlo preguntado. Cuando ella, Bill y Lucy habГan acorralado a Eugene Fisk, el llamado “asesino de las cadenas”, Lucy se habГa caГdo, fracturГЎndose el tobillo en el proceso. Obviamente no volverГa al trabajo tan rГЎpido.
“No lo sé, Bill”, dijo Riley. “Este descanso del trabajo me está cayendo bien. He estado pensando en solo enseñar de ahora en adelante. Solo puedo decirte lo que le dije a Meredith”.
“Que lo pensarás”.
“SГ”.
Bill dejГі escapar un gruГ±ido de descontento.
“¿PodrГamos al menos reunirnos y hablar del tema?”, preguntГі. “¿Tal vez maГ±ana?”.
Riley se enmudeciГі por un momento.
“Mañana no”, dijo. “Mañana tengo que ver a un hombre morir”.
CapГtulo Cinco
Riley mirГі por la ventana de la habitaciГіn donde Derrick Caldwell morirГa pronto. Estaba sentada al lado de Gail Bassett, la madre de Kelly Sue Bassett, la vГctima final de Caldwell. El hombre habГa matado a cinco mujeres antes de su captura.
Le habГa costado aceptar la invitaciГіn de Gail a la ejecuciГіn. Solo habГa visto una ejecuciГіn, en ese entonces como testigo voluntario, sentada entre periodistas, abogados, agentes, asesores espirituales y el presidente del jurado. Ahora ella y Gail estaban entre los nueve parientes de las mujeres que Caldwell habГa asesinado, todos hacinados en un espacio reducido, sentados en sillas plГЎsticas.
Gail, una pequeГ±a mujer de sesenta aГ±os de edad con un rostro delicado, se habГa mantenido en contacto con Riley a lo largo de los aГ±os. Su esposo habГa muerto antes de la ejecuciГіn, y le habГa escrito a Riley que no tenГa a nadie que la acompaГ±ara en ese momento. AsГ que Riley habГa accedido a asistir.
La cГЎmara de muerte estaba justo al otro lado de la ventana. Los Гєnicos muebles de la habitaciГіn eran la camilla de ejecuciГіn, una mesa en forma de cruz. Una cortina plГЎstica azul colgaba en la cabecera de la camilla. Riley sabГa que las vГas intravenosas y los quГmicos letales estaban detrГЎs de esa cortina.
Un telГ©fono rojo en la pared conectaba con la oficina del gobernador. Solo sonarГa en caso de una decisiГіn de clemencia. Nadie esperaba que eso sucediera esta vez. Un reloj que colgaba encima de la puerta de la habitaciГіn era la Гєnica otra decoraciГіn visible.
En Virginia, los delincuentes condenados podГan elegir entre la silla elГ©ctrica y la inyecciГіn letal. Casi siempre escogГan la segunda opciГіn. Si el prisionero no escogГa nada, asignaban la inyecciГіn.
A Riley le sorprendiГі el hecho que Caldwell no habГa optado por la silla elГ©ctrica. Era un monstruo impenitente que parecГa estar esperando su muerte con los brazos abiertos.
Eran las 8:55 cuando se abriГі la puerta. Riley oyГі unos murmullos en la sala cuando varios miembros del equipo de ejecuciГіn metieron a Caldwell en la cГЎmara. Dos guardias lo flanqueaban, cada uno agarrando un brazo, y otro lo seguГa. Un hombre bien vestido entrГі de Гєltimo, era el director de la prisiГіn.
Caldwell vestГa un pantalГіn azul, una camisa azul y unas sandalias sin calcetines. Estaba esposado y encadenado. Riley no lo habГa visto en aГ±os. En su corto tiempo como asesino en serie habГa tenido el cabello largo y rebelde y una barba desgreГ±ada, un look bohemio apropiado para un artista callejero. Ahora estaba bien afeitado y se veГa bastante ordinario.
Aunque no luchГі, se veГa asustado.
“Qué bueno”, pensó Riley.
MirГі la camilla y alejГі la mirada de nuevo. ParecГa estar tratando de no mirar la cortina plГЎstica azul. Por un momento, mirГі fijamente por la ventana de la sala de observaciГіn. De pronto parecГa estar mГЎs tranquilo y mГЎs sereno.
“Ojalá pudiera vernos”, murmuró Gail.
No podГa verlos debido a un vidrio de visiГіn unilateral; Riley no compartГa el deseo de Gail. Caldwell ya la habГa mirado mucho para su gusto. Para capturarlo, habГa ido de encubierto. HabГa pretendido ser un turista en el paseo marГtimo de la playa Dunes y lo habГa contratado para dibujar su retrato. La habГa adulado mucho mientras trabajaba, diciГ©ndole que era la mujer mГЎs hermosa que habГa dibujado en mucho tiempo.
Supo en ese entonces que era su prГіxima vГctima potencial. Esa noche habГa sido la carnada, dejГЎndolo acecharla por la playa. Cuando habГa intentado atacarla, los agentes de respaldo no tuvieron problemas para atraparlo.
Su captura habГa sido bastante sosa. El descubrimiento de que habГa descuartizado y guardado a sus vГctimas en un congelador habГa sido otra cosa. Estar junto en frente y haber visto el momento exacto en el que habГan abierto el congelador fue uno de los momentos mГЎs desgarradores de la carrera de Riley. AГєn sentГa compasiГіn por los familiares de las vГctimas, Gail entre ellas, por tener que identificar a sus esposas, hijas y hermanas descuartizadas...
“Demasiado bellas como para vivir”, habГa dicho el asesino.
A Riley le asustГі mucho el hecho de que Г©l la habГa visto a ella de esa manera. Ella nunca se habГa considerado hermosa y los hombres, incluso su ex marido, Ryan, rara vez le decГan que lo era. Caldwell era una excepciГіn cruel y horrible.
Se preguntaba quГ© significaba que un monstruo patolГіgico la habГa considerado una mujer perfectamente hermosa. ВїHabГa reconocido algo dentro de ella que era tan monstruoso como Г©l? HabГa tenido pesadillas sobre sus ojos admiradores, sus palabras melosas y su congelador lleno de partes durante unos aГ±os despuГ©s de su juicio y condena.
El equipo de ejecuciГіn colocГі a Caldwell en la camilla de ejecuciГіn, le quitГі las esposas, grilletes y sandalias y lo sujetaron con unas correas de cuero, dos por el pecho, dos para sostener sus piernas, dos alrededor de sus tobillos y dos alrededor de sus muГ±ecas. Sus pies descalzos daban a la ventana. Era difГcil ver su rostro.
De repente, las cortinas se cerraron sobre las ventanas del observatorio. Riley entendiГі que esto era ocultar la fase de la ejecuciГіn donde algo pudiera salir mal, que al equipo le cuestora encontrar una vena adecuada, por ejemplo. AГєn asГ, le pareciГі peculiar. Las personas en ambos observatorios estaban a punto de ver a Caldwell morir, pero no tenГan permitido presenciar la inserciГіn mundana de las agujas. Las cortinas se mecГan un poco, aparentemente por los movimientos de los miembros del equipo que estaban del otro lado.
Cuando abrieron las cortinas de nuevo, las vГas intravenosas estaban en su lugar, pasando de los brazos del prisionero por huecos en las cortinas plГЎsticas. Algunos miembros del equipo de ejecuciГіn se habГan colocado detrГЎs de las cortinas, donde administrarГan las drogas letales.
Un hombre sostenГa el auricular del telГ©fono rojo, listo para contestar una llamada que seguramente nunca llegarГa. Otro le hablaba a Caldwell, sus palabras un sonido apenas audible debido al mal sistema de sonido. Le estaba preguntando a Caldwell si tenГa unas palabras finales.
En cambio, la respuesta de Caldwell se escuchГі bastante bien.
“¿Está aquà la agente Paige?”, preguntó.
Sus palabras impactaron a Riley.
El funcionario no respondiГі. No tenГa derecho a saber la respuesta a esa pregunta.
DespuГ©s de un silencio tenso, Caldwell hablГі de nuevo.
“DГganle a la agente Paige que hubiese deseado poder plasmar su belleza con mi arte”.
Aunque Riley no podГa ver su rostro claramente, pensГі haberlo oГdo soltar una risita.
“Eso es todo”, dijo. “Estoy listo”.
Riley estaba llena de rabia, horror y confusiГіn. Esto era lo Гєltimo que habГa esperado. Derrick Caldwell habГa elegido hablar de ella en sus momentos finales. Y era incapaz de hacer algo al respecto por estar sentada detrГЎs de este vidrio irrompible.
Lo hizo comparecer ante la justicia pero, a la final, logrГі vengarse de una forma enfermiza.
SintiГі la pequeГ±a mano de Gail sosteniendo la suya.
“Dios mГo”, pensГі Riley. “Me estГЎ consolando”.
Riley tratГі de controlar sus nГЎuseas.
Caldwell dijo una cosa mГЎs.
“¿Lo sentiré cuando comience?”.
Tampoco recibiГі respuesta a esa pregunta. Riley podГa ver el lГquido moverse por los tubos transparentes de las vГas. Caldwell respirГі profundamente y aparentemente se quedГі dormido. Su pie izquierdo temblГі un par de veces, y luego se quedГі inmГіvil.
DespuГ©s de un momento, uno de los guardias pellizcГі ambos pies, sin obtener una reacciГіn. ParecГa un gesto bastante peculiar, pero Riley entendiГі que el guardia estaba asegurГЎndose que el sedante estuviera funcionando y que Caldwell estaba totalmente inconsciente.
El guardia les dijo algo inaudible a las personas que se encontraban detrГЎs de la cortina. Riley vio lГquido moverse por las vГas de nuevo. SabГa que esta segunda droga detendrГa sus pulmones. En poco tiempo, una tercera droga detendrГa su corazГіn.
Riley se encontrГі pensando en lo que estaba viendo mientras la respiraciГіn de Caldwell se hacГa mГЎs lenta. ВїCГіmo era diferente esto de las veces que ella misma habГa usado fuerza letal? Ella habГa matado a varios asesinos en el cumplimiento de su deber.
Pero esto no era nada como esas otras muertes. En comparaciГіn, era extraГ±amente controlada, limpia, clГnica, inmaculada. No parecГa correcta. Irracionalmente, Riley se encontrГі pensando...
“No debà haberlo dejado llegar a este punto”.
SabГa que no tenГa razГіn, que habГa llevado a cabo la captura de Caldwell con profesionalismo. Pero aГєn asГ pensГі...
“Debà haberlo matado yo misma”.
Gail sostuvo la mano de Riley por diez largos minutos. Finalmente, el funcionario que estaba al lado de Riley dijo algo que Riley no pudo escuchar.
El director saliГі de detrГЎs de la cortina y hablГі en una voz bastante clara como para ser entendida por todos los testigos.
“La pena de muerte fue ejecutada con éxito a las 9:07 a.m.”.
Luego las cortinas se cerraron de nuevo. Los testigos ya habГan visto lo que habГan venido a ver. Los guardias entraron en el observatorio e instaron a todos a irse lo mГЎs pronto posible.
Gail tomГі la mano de Riley de nuevo a lo que todos salieron al pasillo.
“Siento que dijo lo que dijo”, le dijo Gail.
Riley se sobresaltГі. ВїCГіmo podrГa Gail preocuparse por los sentimientos de Riley en un momento como este, cuando por fin habГa comparecido ante la justicia el asesino de su propia hija?
“¿Cómo te sientes, Gail?”, preguntó mientras caminaban rápidamente hacia la salida.
Gail caminГі en silencio por un momento. TenГa una expresiГіn vacГa en su rostro.
“EstГЎ hecho”, dijo finalmente, su voz frГa y entumecida. “EstГЎ hecho”.
Salieron del edificio a la luz del dГa. Riley pudo ver dos muchedumbres al otro lado de la calle, cada una fuertemente controlada por la policГa. En un lado habГa un grupo que estaba de acuerdo con la ejecuciГіn, tenГan carteles odiosos, algunos soeces y obscenos. Estaban llenos de jГєbilo, y era comprensible. Del otro lado estaban los que abogaban en contra de la pena de muerte, tambiГ©n con sus propios carteles. HabГan pasado toda la noche aquГ celebrando una vigilia. Estaban mucho mГЎs tranquilos.
Riley no sintiГі compasiГіn por ninguno de los dos grupos. Estas personas estaban aquГ por ellos mismos, para hacer un espectГЎculo pГєblico de su indignaciГіn y rectitud, actuando en aras de su propia autocomplacencia. En su opiniГіn, no tenГan por quГ© estar aquГ—no estaban entre aquellos cuyo dolor y aflicciГіn era demasiado real.
HabГa una multitud de reporteros entre la entrada y las muchedumbres con camiones de prensa cerca. Mientras Riley caminaba entre ellos, una mujer corriГі hasta ella con un micrГіfono y un camarГіgrafo detrГЎs de ella.
“¿Agente Paige? “¿Eres la agente Paige?”, preguntó.
Riley no respondiГі. Ella intentГі pasar a la reportera.
La reportera la siguió tenazmente. “Nos enteramos que Caldwell la mencionó en sus últimas palabras. ¿Algún comentario?”.
Otros reporteros se acercaron a ella, haciendo la misma pregunta. Riley apretГі los dientes y siguiГі por la multitud. Por fin logrГі liberarse de ellos.
Se encontrГі pensando en Meredith y Bill mientras se apresuraba para llegar a su carro. Ambos la habГan implorado a tomar un nuevo caso. Y estaba evitando darles una respuesta.
“¿Por qué?”, se preguntó.
Se acababa de escapar de los reporteros. ВїEstaba tratando de escapar de Bill y Meredith tambiГ©n? ВїEstaba tratando de escapar de quiГ©n era realmente y de todo lo que tenГa que hacer?
*
Riley estaba feliz de estar en casa. La muerte que habГa presenciado esa maГ±ana la habГa dejado con una sensaciГіn de vacГo y el viaje de regreso a Fredericksburg habГa sido cansГіn. Pero cuando abriГі la puerta de su casa adosada, algo no parecГa estar bien.
HabГa demasiado silencio. April ya deberГa haber regresado de la escuela. ВїDГіnde estaba Gabriela? Riley entrГі en la cocina y la encontrГі vacГa. EncontrГі una nota sobre la mesa de la cocina.
“Me voy a la tienda”, decГa. Gabriela habГa ido a la tienda.
Riley agarrГі el espaldar de una silla cuando se vio inmersa en una ola de pГЎnico. April habГa sido secuestrada de la casa de su padre en otra ocasiГіn en la que Gabriela habГa ido a la tienda.
Oscuridad, un atisbo de una llama.
Riley se dio la vuelta y corriГі al pie de las escaleras.
“April”, gritó.
No hubo respuesta.
Riley corriГі por las escaleras. Los dormitorios estaban vacГos. No habГa nadie en su pequeГ±a oficina.
El corazГіn de Riley latГa con fuerza, sin importar que su mente le estaba diciendo que era una tonta. Su cuerpo no estaba escuchando a su mente.
CorriГі al piso inferior y luego a la cubierta trasera.
“April”, gritó.
Pero nadie jugaba en el patio de al lado y no habГa niГ±os a la vista.
LogrГі controlarse para no dejar escapar otro grito. No querГa que los vecinos se convencieran de que estaba realmente loca. No tan pronto.
BuscГі en su bolsillo, sacГі su telГ©fono celular y le enviГі un mensaje de texto a su hija.
No recibiГі ninguna respuesta.
Riley entrГі en su casa y se sentГі en el sofГЎ. Sujetaba su cabeza con sus manos.
Estaba de nuevo en el sГіtano de poca altura, acostada sobre la suciedad en la oscuridad.
Pero la luz se estaba moviendo hacia ella. PodГa ver su rostro cruel en el resplandor de las llamas. Pero no sabГa si el asesino venГa por ella o por April.
Riley se obligГі a separar la visiГіn de su realidad.
“Peterson está muerto”, se dijo enfáticamente. “Nunca nos volverá a torturar”.
Se sentГі en el sofГЎ y tratГі de concentrarse en el aquГ y en el ahora. Estaba aquГ en su nueva casa, en su nueva vida. Gabriela habГa ido a la tienda. April seguramente estaba en algГєn sitio cercano.
Su respiraciГіn se volviГі mГЎs lenta, pero no pudo obligarse a ponerse de pie. TenГa miedo que irГa al patio y gritarГa de nuevo.
DespuГ©s de lo pareciГі ser mucho tiempo, Riley oyГі la puerta principal abrirse.
April entrГі por la puerta, cantando.
Ahora Riley pudo ponerse de pie. “¿Dónde coño andabas?”.
April se veГa sobresaltada.
“¿Cuál es tu problema, Mamá?”.
“¿Dónde andabas? ¿Por qué no respondiste mi mensaje de texto?”.
“Disculpa, tenГa el celular en silencio. Estaba en casa de Cece, MamГЎ. Al otro lado de la calle. Cuando nos bajamos del autobГєs escolar, su mamГЎ nos ofreciГі helado”.
“¿Y cómo iba a saber dónde andabas?”.
“No creГa que llegarГas a casa antes que yo”.
Riley se oyó a sà misma gritar, pero no pudo contenerse. “No me importa lo que creas. No estabas pensando. Siempre tienes que dejarme saber…”.
Las lГЎgrimas que corrГan por las mejillas de April finalmente la detuvieron.
Riley recuperГі el aliento, corriГі hacia April y la abrazГі. Al principio, el cuerpo de April estaba rГgido por su rabia, pero Riley la sintiГі relajarse poco a poco. EntrГі en cuenta que ella tambiГ©n estaba llorando.
“Lo siento”, dijo Riley. “Lo siento. Es solo que hemos pasado por tantas… tantas cosas terribles”.
“Pero ya todo acabó”, dijo April. “Mamá, ya todo acabó”.
Ambas se sentaron en el sofГЎ. Era un sofГЎ nuevo, lo habГa comprado luego de mudarse a esta casa. Lo habГa comprado para su nueva vida.
“Sé que todo acabó”, dijo Riley. “Sé que Peterson está muerto. Estoy tratando de acostumbrarme a eso”.
“Mamá, todo está mucho mejor ahora. No tienes que preocuparte por mà todo el tiempo. Y no soy una chiquilla. Tengo quince años”.
“Y eres muy inteligente”, dijo Riley. “Lo sé. Tengo que seguir recordándomelo. Te amo, April”, dijo. “Por eso es que me porto tan loca a veces”.
“Yo también te amo, Mamá”, dijo April. “No te preocupes tanto”.
Riley estaba encantada de ver a su hija sonreГr de nuevo. April habГa sido secuestrada, habГa sido la prisionera de Peterson y habГa sido amenazada con esa llama. ParecГa que ya era una adolescente absolutamente normal de nuevo, aГєn si su madre no habГa recuperado su estabilidad.
AГєn asГ, Riley no podГa dejar de preguntarse si todavГa habГa memorias oscuras en algГєn lugar de la mente de April que estaban a punto de estallar.
En cuanto a sГ misma, sabГa que tenГa que hablar con alguien sobre sus propios miedos y pesadillas recurrentes. Y tenГa que hacerlo lo mГЎs pronto posible.
CapГtulo Seis
Riley se movГa nerviosamente en su silla mientras pensaba en lo que querГa decirle a Mike Nevins. Se sentГa agitada y nerviosa.
“Tómate tu tiempo”, dijo el psiquiatra forense, estirando el cuello en su silla de oficina y mirándola fijamente con preocupación.
Riley se rio tristemente. “Ese es el problema”, dijo. “No tengo tiempo. He estado postergГЎndolo. Tengo que tomar una decisiГіn. Ya no puedo postergarlo mГЎs. ВїAlguna vez me habГas visto tan indecisa?”.
Mike no respondiГі. Solo sonriГі y presionГі las puntas de sus dedos.
Riley estaba acostumbrada a este silencio de Mike. El hombre apuesto y algo irritable habГa sido muchas cosas para ella durante los aГ±os—un amigo, un terapeuta, hasta un mentor. Гљltimamente acudГa a Г©l para saber su perspectiva sobre la mente oscura de un criminal. Pero esta visita era diferente. Lo habГa llamado anoche despuГ©s de llegar a casa de la ejecuciГіn y habГa conducido a su oficina en DC esta maГ±ana.
“¿Cuáles son tus opciones, exactamente?”, preguntó finalmente.
“Bueno, creo que tengo que decidir lo que voy a hacer con el resto de mi vida, o enseñar o ser agente de campo. O hacer otra cosa completamente”.
Mike se rio un poco. “Un momento. No tratemos de planificar todo tu futuro ahora mismo. Concentrémonos en el presente. Meredith y Jeffreys quieren que tomes un caso. Solo un caso. Esto no significa que tienes que escoger una de las dos. Nadie está diciendo que tienes que dejar de enseñar. Y todo lo que tienes que hacer es decir sà o no esta vez. ¿Entonces cuál es el problema?”.
Ahora le tocГі a Riley guardar silencio. No sabГa cuГЎl era el problema. Por eso estaba aquГ.
“Supongo que estás asustada”, dijo Mike.
Riley tragГі grueso. SГ, eso era. Estaba asustada. No habГa querido admitirlo, ni siquiera a sГ misma. Pero ahora Mike iba a hacerla hablar del tema.
“¿A qué le tienes miedo?”, preguntó Mike. “Dijiste que estabas teniendo pesadillas”.
Riley siguiГі guardando silencio.
“Esto obligatoriamente tiene que ver con tu TEPT”, dijo Mike. “¿TodavГa estГЎs teniendo flashbacks?”.
Riley habГa estado esperando esa pregunta. DespuГ©s de todo, Mike era el que mГЎs la habГa ayudado a tratar de superar el trauma de su terrible experiencia.
InclinГі su cabeza hacia atrГЎs y cerrГі los ojos. Por un momento sintiГі que estaba en la jaula oscura de Peterson de nuevo y Г©l estaba amenazГЎndola con una llama de propano. Meses despuГ©s de haber sido la prisionera de Peterson, esa memoria aГєn la atormentaba de vez en cuando.
Pero luego habГa rastreado y matado a Peterson. De hecho, lo habГa molido a golpes.
“Si eso no es cierre emocional, no sé qué lo será entonces”, pensó.
Ahora los recuerdos parecГan impersonales, como si estuviera viendo la historia de otra persona desarrollarse.
“Estoy mejor”, dijo Riley. “Son más cortos y mucho menos comunes”.
“¿Y tu hija?”.
La pregunta fue como un golpe para Riley. SentГa el eco del horror que habГa experimentado cuando Peterson habГa capturado a April. AГєn podГa oГr los gritos de April pidiendo ayuda.
“Creo que no he superado eso”, dijo. “Me despierto asustada pensando que la volvieron a raptar. Tengo que ir a su habitación y asegurarme de que está bien y que está durmiendo”.
“¿Esa es la razón por la cual no quieres tomar otro caso?”.
Riley se estremeció. “No quiero que pase por algo asà de nuevo”.
“Eso no responde mi pregunta”.
“No, no supongo que lo hace”, dijo Riley.
CayГі otro silencio.
“Tengo la sensación de que hay algo más”, dijo Mike. “¿Qué más te da pesadillas? ¿Qué más te despierta por las noches?”.
SintiГі una sacudida de terror en su mente en ese instante.
SГ, habГa algo mГЎs.
Incluso con sus ojos abiertos, podГa ver el rostro grotescamente inocente de Eugene Fisk con sus ojos pequeГ±os, redondos y brillantes. Riley lo habГa mirado profundamente a los ojos durante su enfrentamiento fatal.
El asesino habГa colocado una navaja recta en la garganta de Lucy Vargas. En ese momento, Riley habГa indagado en sus mГЎs grandes miedos. HabГa hablado de las cadenas, esas cadenas que Г©l creГa que le estaban hablando, obligГЎndole a cometer asesinato tras asesinato, encadenando a las mujeres y rajando sus gargantas.
“Las cadenas no quieren que te lleves a esta mujer”, le habГa dicho Riley. “Ella no es lo que necesitan. Sabes lo que las cadenas quieren que hagas en vez”.
Eugene habГa asentido con la cabeza con los ojos llenos de lГЎgrimas. Luego se hizo a sГ mismo lo que le habГa hecho a sus vГctimas—se pasГі la cuchilla por su cuello.
Se rajГі la garganta ante de los ojos de Riley.
Y ahora, sentada aquГ en la oficina de Mike Nevins, su propio horror casi la ahoga.
“Maté a Eugente”, dijo jadeando.
“Te refieres al asesino de la cadenas. Bueno, no fue el primer hombre que mataste”.
Es cierto, no era la primera vez en la que habГa usado fuerza letal. Pero con Eugene habГa sido muy diferente. Pensaba en su muerte muy a menudo, pero nunca habГa hablado de eso con nadie.
“No usГ© una pistola ni una roca ni mis puГ±os”, dijo. “Lo matГ© con comprensiГіn, con empatГa. Mi mente es un arma mortal. No sabГa eso. Me aterra, Mike”.
Mike asintió con compasión. “Tú sabes lo que dijo Nietzsche sobre mirar un largo tiempo al abismo”, dijo.
“El abismo tambiГ©n mira dentro de ti”, dijo Riley, terminando el famoso dicho. “Pero he hecho mucho mГЎs que mirar al abismo. PrГЎcticamente he vivido allГ. Casi me siento cГіmoda allГ. Es como un segundo hogar. Me asusta demasiado, Mike. Uno de estos dГas quizГЎs entre a ese abismo y no salga mГЎs. Y quiГ©n sabe a quiГ©n podrГa herir, o matar”.
“Bueno”, dijo Mike, reclinándose en su silla. “Tal vez estamos progresando”.
Riley no estaba tan segura. Y no se sentГa ni cerca a tomar una decisiГіn.
*
Cuando Riley entrГі por su puerta principal mГЎs tarde, April bajГі por las escaleras rГЎpidamente para saludarla.
“Ay Mamá, ¡tienes que ayudarme! ¡Ven!”.
Riley siguiГі a April por las escaleras hasta su habitaciГіn. TenГa una maleta abierta sobre su cama con un montГіn de ropa a su alrededor.
“¡No sé qué empacar!”, dijo April. “¡Nunca he tenido que hacer esto antes!”.
Sonriendo por la mezcla de pГЎnico y euforia de su hija, Riley comenzГі a ayudarla a acomodar sus cosas. April se irГa de excursiГіn escolar maГ±ana a las cercanГas de Washington, DC. IrГa con un grupo de estudiantes del curso de Historia Estadounidense Avanzada y sus maestras.
Riley sintiГі un poco de aprensiГіn luego de haber firmado los permisos y pagado las tasas extras. April habГa sido prisionera de Peterson en Washington, y aunque habГan estado lejos en el borde de la ciudad, a Riley le preocupaba que el viaje podrГa hacer que el trauma saliera a la superficie. Pero a April le parecГa estar yendo muy bien, tanto acadГ©micamente como emocionalmente. Y el viaje era una oportunidad maravillosa.
Riley se dio cuenta que se estaba divirtiendo mientras ella y April bromeaban y terminaban de empacar su maleta. Ese abismo del que habГa hablado con Mike hace un tiempo parecГa estar muy lejos. TodavГa tenГa una vida fuera de ese abismo. Era una buena vida, y estaba determinada a seguir teniГ©ndola, sin importar la decisiГіn que tomara.
Gabriela entrГі en la habitaciГіn mientras estaban arreglando las cosas.
“Señora Riley, mi taxi estará aquà pronto”, dijo con una sonrisa. “Ya empaqué mis cosas, están en la puerta”.
Casi habГa olvidado que Gabriela se iba. Gabriela habГa pedido tiempo libre para ir a visitar a sus familiares en Tennessee ya que April no iba a estar. Riley estaba mГЎs que contenta de darle el permiso.
Abrazó a Gabriela y le dijo: “Buen viaje”.
La sonrisa de Gabriela desapareció un poco y añadió: “Me preocupo”.
“¿Estás preocupada?”, le preguntó sorprendida. “¿Qué te preocupa, Gabriela?”.
“Tú”, respondió Gabriela. “Estarás sola en esta nueva casa”.
Riley se rio un poco. “No te preocupes, puedo cuidar de mà misma”.
“Pero no has estado sola desde que pasaron todas esas cosas terribles”, dijo Gabriela. “Me preocupa”.
Las palabras de Gabriela pusieron a Riley a pensar. Lo que ella decГa era cierto. Desde el calvario que habГa vivido con Peterson, al menos April siempre habГa estado a su lado. ВїPodrГa abrirse un vacГo oscuro y aterrador en su nuevo hogar? ВїEl abismo podrГa estar acechГЎndola en este mismo momento?
“Estaré bien”, dijo Riley. “Diviértete con tu familia”.
Gabriela sonrió y le entregó a Riley un sobre. “Esto estaba en el buzón”, dijo.
Gabriela abrazГі a April, luego abrazГі a Riley de nuevo y bajГі las escaleras para esperar a su taxi.
“¿Qué pasa, Mamá?”, preguntó April.
“No lo sé”, dijo Riley. “No fue enviado por correo”.
AbriГі el sobre y encontrГі una tarjeta plГЎstica adentro. Las letras decorativas de la tarjeta leГan “El Grill de Blaine”. Luego leyГі lo que decГa mГЎs abajo: “Cena para dos”.
“Creo que es una tarjeta de regalo de nuestro vecino”, dijo Riley. “Eso es muy amable de su parte. Podemos ir a cenar allà cuando vuelvas”.
“¡Mamá!”, exclamó April. “Esa tarjeta no es para las dos”.
“¿Cómo as�”.
“Te está invitando a cenar”.
“¡Ah! ВїEn serio? No dice eso aquГ”.
April negó con la cabeza. “No seas tonta. Quiere salir contigo. Crystal me dijo que le gustas a su papá. Y es muy lindo”.
Riley pudo sentir su rostro sonrojarse. No podГa recordar la Гєltima vez que alguien la habГa invitado a salir. PasГі muchos aГ±os casada con Ryan. Desde su divorcio se habГa concentrado en instalarse en su nuevo hogar y en las decisiones que tenГa que tomar acerca de su trabajo.
“Estás sonrojada”, dijo April.
“Terminemos de empacar tus cosas”, interrumpió Riley. “Tendré que pensar en todo esto ahora”.
Ambas volvieron a la tarea de ordenar ropa. Después de unos minutos de silencio, April dijo, “Estoy preocupada por ti, Mamá. Como dijo Gabriela...”.
“Estaré bien”, dijo Riley.
“¿Segura?”.
Riley no sabГa quГ© contestar. Seguramente habГa enfrentado peores pesadillas que una casa vacГa — asesinos psicГіpatas obsesionados con cadenas, muГ±ecas y sopletes. ВїPero podrГan liberarse un montГіn de demonios internos ahora que estarГa sola? Una semana comenzГі a parecer un largo tiempo en ese instante. Y la posibilidad de decidir si saldrГa o no con el vecino tambiГ©n parecГa aterradora de cierta forma.
“Lidiaré con ello”, pensó Riley.
AdemГЎs, aГєn tenГa otra opciГіn. Y era el momento de tomar una decisiГіn de una vez por todas.
“Me han pedido que trabaje en un caso”, le dijo Riley a April. “TendrГa que irme a Arizona inmediatamente”.
April dejГі de doblar su ropa y mirГі a Riley.
“Asà que irás, ¿cierto?”, preguntó.
“No lo sé, April”, dijo Riley.
“¿Y eso por qué? Es tu trabajo”.
Riley mirГі a su hija a los ojos. Los tiempos difГciles entre ellas realmente parecГan haber quedado en el pasado. Se habГan unido mГЎs puesto que ambas habГan sobrevivido los horrores infligidos por Peterson.
“He estado pensando en no trabajar más en el campo”, dijo Riley.
Los ojos de April se abrieron de sorpresa.
“¿Qué? Mamá, acabar con los malos es lo que mejor sabes hacer”.
“También soy muy buena dando clases”, dijo Riley. “Soy muy buena en eso. Y me encanta, realmente me encanta”.
April se encogió de hombros, no entendiendo nada. “Bueno, sigue dando clases. Nadie te está deteniendo. Pero no dejes de luchar contra el mal. Es igual de importante”.
Riley negó con la cabeza. “No lo sé, April. Después de todo por lo que te hice pasar— “.
ParecГa que April no podГa creer lo que estaba escuchando. “¿DespuГ©s de todo por lo que tГє me hiciste pasar? ВїDe quГ© estГЎs hablando? TГє no me hiciste pasar por nada. Fui raptada por un psicГіpata llamado Peterson. Si no me hubiera raptado a mГ, hubiera raptado a otra persona. No pierdas el tiempo culpГЎndote”.
Después de una pausa, April dijo: “Siéntate, Mamá. Tenemos que hablar”.
Riley sonriГі y se sentГі en la cama. April sonaba como una mamГЎ.
“Tal vez un sermón es justamente lo que necesito”, pensó Riley.
April se sentГі junto a Riley.
“¿Alguna vez te hablé sobre mi amiga Angie Fletcher?”, dijo April.
“No lo creo”.
“Bueno, solГamos ser buenas amigas pero se cambiГі de escuela. Ella era muy inteligente, me llevaba solo un aГ±o, tenГa quince aГ±os. Me enterГ© que empezГі a comprarle drogas a un tipo que todo el mundo llamaba Trip. Se volviГі bastante adicta a la heroГna. Y cuando se quedГі sin dinero, Trip la puso a trabajar como prostituta. La entrenГі personalmente y la obligГі a mudarse con Г©l. Su madre estГЎ tan loca que ni siquiera se dio cuenta de que Angie se habГa ido. Trip hasta la promocionГі en su sitio web, la hizo tatuarse jurando que ella siempre serГa de Г©l”.
Riley estaba conmocionada. “¿Qué pasó con ella?”.
“Bueno, la policГa finalmente agarrГі a Trip y Angie terminГі en un centro de rehabilitaciГіn de drogas. Esto sucediГі este verano mientras estГЎbamos en el norte del estado de Nueva York. No sГ© quГ© pasГі con ella despuГ©s de eso. Todo lo que sГ© es que solo tiene diecisГ©is aГ±os y su vida estГЎ arruinada”.
“Lo siento mucho”, dijo Riley.
April gruГ±Гі con impaciencia.
“¿Realmente no lo entiendes, Mamá? No tienes nada que sentir. Has pasado toda tu vida deteniendo este tipo de cosas. Y has encerrado a muchos tipos como Trip—algunos de ellos para siempre. Pero si dejas de hacer lo que mejor sabes hacer, ¿quién tomará tu lugar? ¿Alguien tan competente como tú? Lo dudo, Mamá. Realmente lo dudo”.
Riley se quedГі callada por unos instantes. Luego, con una sonrisa, apretГі la mano de April con firmeza.
“Creo que tengo que hacer una llamada”, dijo.
CapГtulo Siete
Mientras el jet de FBI despegaba de QuГЎntico, Riley se sentГa segura de que estaba en camino a enfrentarse a otro monstruo. Le inquietaba mucho el pensar en eso. HabГa deseado mantenerse alejada de asesinos por un tiempo, pero tomar este caso finalmente le habГa parecido ser la decisiГіn correcta. Meredith claramente se habГa sentido aliviado por su decisiГіn.
Esa maГ±ana, April se habГa ido de excursiГіn, y ahora Riley y Bill estaban en camino a Phoenix. La tarde se habГa vuelto oscura y habГa lluvia en el cristal de la ventana del aviГіn. Riley se quedГі abrochada a su asiento hasta que el aviГіn atravesГі unas nubes grises a un cielo mГЎs despejado. Luego una superficie acolchada se extendiГі debajo de ellos, ocultando la tierra donde las personas probablemente estaban corriendo para no mojarse. “Y siguiendo sus tareas diarias”, pensГі Riley.
Luego de que se asentara el viaje, Riley se volteó para mirar a Bill y le preguntó, “¿Qué tienes para mostrarme?”.
Bill abriГі su portГЎtil sobre la mesa delante de ellos. ColocГі una foto de una gran bolsa de basura negra apenas sumergida en aguas poco profundas. PodГa ver una mano blanca muerta que se asomaba por la abertura de la bolsa.
Bill explicó: “El cuerpo de Nancy Holbrook fue encontrado en un lago artificial en el sistema de embalses en las afueras de Phoenix. Era una acompañante de treinta años que cobraba caro. En otras palabras, una prostituta costosa”.
“¿Se ahogó?”, preguntó Riley.
“No. La causa de muerte fue asfixia. Luego fue metida en una gran bolsa de basura y arrojada al lago. La bolsa de basura fue rellenada con grandes piedras para que se hundiera más”.
Riley estudiГі la foto de cerca. Ya se estaban formando muchas preguntas en su mente.
“¿El asesino dejГі evidencia fГsica?”, preguntГі. “¿Huellas, fibras, ADN?”.
“Nada de nada”.
Riley negГі con la cabeza. “Lo que no entiendo es la eliminaciГіn del cadГЎver. ВїPor quГ© el asesino no se esforzГі mГЎs? Un lago de agua dulce es perfecto para deshacerse de un cuerpo. Los cadГЎveres se hunden y se descomponen rГЎpidamente en agua dulce. Obviamente podrГan volver a la superficie mГЎs tarde debido a la distensiГіn abdominal y los gases. Pero colocar piedras suficientes en la bolsa solucionarГa ese problema. ВїPor quГ© dejarla en aguas poco profundas?”.
“Creo que nos toca a nosotros descubrirlo”, dijo Bill.
Bill colocГі otras fotos de la escena del crimen, pero no proporcionaron mucha informaciГіn.
“¿Qué opinas?”, preguntó Riley. “¿Se trata de un asesino en serie o no?
Bill frunciГі el ceГ±o, reflexionando.
“No lo sé”, respondiГі. “Realmente estamos tratando con el asesinato de una sola prostituta. Obviamente han desaparecido otras prostitutas en Phoenix. Pero eso no es nada nuevo. Sucede habitualmente en las grandes ciudades del paГs”.
La palabra “habitualmente” hizo que los pelos de Riley se pusieran de punta. ВїCГіmo podrГa considerarse la desapariciГіn continua de una cierta clase de mujer algo “rutinario”? AГєn asГ, sabГa que lo que estaba diciendo Bill era cierto.
“Cuando Meredith llamГі por telГ©fono, lo hizo parecer urgente”, dijo ella. “Y ahora nos estГЎ dando el tratamiento VIP, dГЎndonos un jet de la UAC para llegar allГЎ directamente”. Riley lo pensГі por un momento. “Sus palabras exactas fueron que su amigo querГa que lo investigГЎramos como si fuera un asesinato en serie”. Pero por lo visto nadie estГЎ seguro que esto es obra de un asesino en serie”.
Bill se encogiГі de hombros. “QuizГЎs no lo sea. Pero, por lo visto, Meredith tiene una relaciГіn bastante estrecha con el hermano de la vГctima, Garrett Holbrook”.
“SГ”, dijo Riley. “Me dijo que fueron a la academia juntos. Pero todo esto es inusual”.
Bill no argumentГі este hecho. Riley se inclinГі hacia atrГЎs en su asiento para examinar la situaciГіn. ParecГa bastante obvio que Meredith estaba rompiendo algunas reglas del FBI para hacerle un favor a su amigo. Esto no era algo que Meredith solГa hacer.
Pero Riley no le tenГa menos estima por esto. En realidad admiraba su devociГіn a su amigo. Ella se preguntaba...
ВїRomperГa yo las reglas por alguien? ВїPor Bill, tal vez?
HabГa sido mГЎs que un compaГ±ero a lo largo de los aГ±os y mucho mГЎs que un amigo. Sin embargo, Riley no estaba segura. Y eso la hacГa preguntarse quГ© tan cercana se sentГa a sus compaГ±eros de trabajo, incluyendo a Bill, hoy en dГa.
Pero ponerse a analizarlo en este momento no parecГa tener sentido. Riley cerrГі los ojos y se durmiГі.
*
Aterrizaron en un dГa soleado de Phoenix.
Bill le dio un codazo mientras se estaban bajando del jet y dijo: “Guau, el clima está hermoso. Por lo menos este viaje también servirá como unas vacaciones”.
De alguna manera, Riley dudaba de que serГa divertido. TenГa rato sin tomarse unas verdaderas vacaciones. Su Гєltimo intento en Nueva York con April habГa sido truncado por los asesinatos y las locuras habituales que formaban una gran parte de su vida.
“Necesito tomarme un verdadero descanso un dГa de estos”, pensГі.
Un agente local joven se encontró con ellos y los condujo a la oficina de campo del FBI de Phoenix, un edificio moderno llamativo. Mientras se estacionaba en la Oficina dijo: “¿No les parece genial el diseño? Incluso ganó un premio. ¿A qué se les parece?”.
Riley mirГі la fachada. TenГa rectГЎngulos rectos y largos y ventanas verticales estrechas. Todo habГa sido cuidadosamente colocado y el patrГіn parecГa familiar. Se detuvo y lo mirГі fijamente por un momento.
“¿Secuenciación del ADN?”, preguntó.
“SГ”, dijo el agente. “Pero puedo apostar a que no adivinan a quГ© se parece el laberinto de rocas desde arriba”.
Pero entraron al edificio antes de que Riley o Bill pudieran intentarlo. Riley vio el motivo del ADN repetido en las baldosas. El agente los llevГі entre paredes y muros de separaciГіn horizontales hasta que llegaron a la oficina del agente especial encargado, Elgin Morley, y luego los dejГі allГ.
Riley y Bill se presentaron a Morley, un hombre pequeГ±o y cincuentГіn que tenГa un gran bigote negro y anteojos redondos. Otro hombre tambiГ©n los estaba esperando en la oficina. Era cuarentГіn, alto, flaco y un poco jorobado. Riley pensГі que se veГa cansado y deprimido.
“Agentes Paige y Jeffreys, conozcan al agente Garrett Holbrook”, dijo Morley. Su hermana fue la vГctima que fue encontrada en el lago Nimbo”.
Todos los agentes se dieron la mano y luego se sentaron a hablar.
“Gracias por venir”, dijo Holbrook. “Todo esto ha sido bastante abrumador”.
“Háblanos de tu hermana”, dijo Riley.
“No tengo mucho que decir”, dijo Holbrook. “No puedo decir que la conocГa muy bien. Era mi media hermana. Mi padre fue un mujeriego, dejГі a mi mamГЎ y tuvo hijos con tres mujeres diferentes. Nancy era quince aГ±os mГЎs joven que yo. No nos mantuvimos mucho en contacto a lo largo de los aГ±os”.
MirГі fijamente al piso por un momento, sus dedos tocando el brazo de su silla distraГdamente. “Lo Гєltimo que supe de ella es que estaba trabajando en una oficina y tomando clases en un colegio comunitario”, dijo sin levantar la mirada. “Eso fue hace unos aГ±os. Me sorprendiГі descubrir en lo que se habГa convertido. No tenГa ni idea”.
Luego se quedГі en silencio. A Riley le pareciГі que se habГa guardado algo, pero se dijo a sГ misma que tal vez realmente era todo lo que el hombre sabГa. DespuГ©s de todo, ВїquГ© podrГa decir Riley sobre su hermana mayor si alguien le preguntara? Ella y Wendy habГan pasado tanto tiempo sin hablar que prГЎcticamente ya no eran ni hermanas.
Aun asГ, percibГa algo mГЎs que dolor en la actitud de Holbrook y eso le parecГa extraГ±o.
Morley sugiriГі que Riley y Bill fueran con Г©l a Medicina Forense para poder echarle un vistazo al cadГЎver. Holbrook asintiГі y dijo que estarГa en su oficina.
“Agente Morley, ¿qué razón existe para creer que estamos tratando con un asesino en serie?”, preguntó Bill cuando iban caminando por el pasillo.
Morley negó con la cabeza. “No creo que tengamos una”, dijo. “Pero cuando Garrett se enteró de la muerte de Nancy, se negó a no hacer nada. Es uno de nuestros mejores agentes, y he tratado de complacerlo. Trató de poner en marcha su propia investigación, pero no llegó a ningún lado. La verdad es que se ha portado bastante extraño, no parece él”.
Riley ciertamente habГa notado que Garrett parecГa estar agitado. Tal vez un poco mГЎs agitado de lo que estarГa un agente experimentado normalmente, incluso con la muerte de un familiar. HabГa dejado claro que no estaban ni cerca de resolver el caso.
Morley guio a Riley y a Bill al ГЎrea de Medicina Forense del edificio, donde les presentГі a la lГder, la Dra. Rachel Fowler. La patГіloga abriГі la unidad refrigerada donde se encontraba el cadГЎver de Nancy Holbrook.
Riley hizo un gesto de dolor a la oleada familiar de descomposiciГіn, aunque el mal olor aГєn no se habГa intensificado tanto. Vio que la mujer habГa sido bajita y muy delgada.
“No habГa estado mucho tiempo en el agua”, dijo Fowler. “Su piel estaba comenzando a arrugarse cuando la encontraron”.
La Dra. Fowler seГ±alГі sus muГ±ecas.
“Pueden ver quemaduras por el roce de cuerdas. Parece que estuvo atada durante su asesinato”.
Riley notГі marcas en el recodo del cadГЎver.
“Parecen ser marcas de agujas”, dijo Riley.
“SГ. Estaba consumiendo heroГna. Creo que estaba volviГ©ndose adicta”.
Le pareciГі a Riley que la mujer habГa sido anorГ©xica, y eso parecГa coherente con la teorГa de adicciГіn de Fowler.
“Esa clase de adicciГіn parece fuera de lugar para una acompaГ±ante de categorГa”, dijo Bill. “¿CГіmo sabemos que eso es lo que era?”.
Fowler sacГі una tarjeta de presentaciГіn laminada que estaba dentro de una bolsa plГЎstica de evidencia. TenГa una foto provocativa de la mujer muerta. El nombre en la tarjeta era simplemente “Nanette” y el negocio se llamaba “AcompaГ±antes Ishtar”.
“Encontramos esta tarjeta en su cuerpo”, explicГі Fowler. “La policГa se comunicГі con AcompaГ±antes Ishtar y descubriГі su verdadero nombre, y eso conllevГі a que fuera identificada como la media hermana del agente Holbrook”.
“¿Alguna idea de cómo fue asfixiada?”, preguntó Riley.
“Hay algunos moretones en su cuello”, dijo Fowler. “El asesino pudo haber colocado una bolsa de plástico sobre su cabeza”.
Riley observГі las marcas de cerca. ВїEsto fue un juego sexual que saliГі mal, o un acto deliberado de asesinato? AГєn no sabГa la respuesta.
“¿Qué más encontraron con su cuerpo?”, preguntó Riley.
Fowler abriГі una caja que contenГa la ropa de la vГctima. HabГa estado usando un vestido rosa escotado. Riley observГі que no era muy respetable, pero era un atuendo un poco mГЎs recatado que la ropa tГpica de prostituta. Era el vestido de una mujer que querГa verse tanto sexy como convenientemente vestida para ir a una discoteca.
HabГa una bolsa plГЎstica llena de joyas encima del vestido.
“¿Puedo echarle un vistazo?”, le preguntó Riley a Fowler.
“Adelante”.
Riley sacГі la bolsa y le echГі un ojo al contenido. La mayor parte era bisuterГa bastante elegante — un collar y unos brazaletes de cuentas y unos aretes sencillos. Pero un artГculo sobresalГa sobre todos los demГЎs. Era un anillo delgado de oro con un diamante. Lo levantГі y se lo mostrГі a Bill.
“¿Es real?”, preguntó Bill.
“SГ”, respondiГі Fowler. “Oro autГ©ntico y un diamante real”.
“El asesino ni siquiera lo robó”, comentó Bill. “Asà que esto no fue por dinero”.
Riley se volviГі para dirigirse a Morley. “Me gustarГa ver el sitio donde fue encontrado el cuerpo”, dijo. “Ahora mismo que es de dГa”.
Morley se veГa un poco desconcertado.
“Podemos llevarte en helicГіptero”, dijo. “Pero no sГ© lo que esperas encontrar. Los policГas y los agentes inspeccionaron todo el sitio”.
“ConfГa en ella”, dijo Bill a sabiendas. “DescubrirГЎ algo”.
CapГtulo Ocho
La amplia superficie del lago Nimbo parecГa inmГіvil y tranquila mientras el helicГіptero se acercaba a ella.
“Pero las apariencias engaГ±an”, se recordГі Riley a sГ misma. SabГa que las superficies tranquilas podГan guardar secretos oscuros.
El helicГіptero descendiГі para buscar un lugar en donde aterrizar. Riley se sentГa un poco mareada por el movimiento inestable. No le gustaban mucho los helicГіpteros. Ella mirГі a Bill, quien estaba sentado a su lado. Se veГa igual de incГіmodo que ella.
Pero cuando mirГі al agente Holbrook, su rostro parecГa inexpresivo. Casi ni habГa hablado durante el vuelo de media hora desde Phoenix. Riley aГєn no sabГa quГ© pensar de Г©l. Estaba acostumbrada a leer a las personas fГЎcilmente, a veces demasiado fГЎcilmente. Pero Holbrook todavГa le parecГa un enigma.
El helicГіptero por fin aterrizГі y los tres agentes del FBI pisaron tierra firme, agachГЎndose debido a las hГ©lices que aГєn estaban en movimiento. El camino donde habГa aterrizado el helicГіptero no era mГЎs que huellas de neumГЎticos entre malezas.
Riley observГі que el camino no era muy transitado. AГєn asГ, parecГa que suficientes vehГculos habГan pasado por Г©l durante esta semana como para ocultar las huellas dejadas por el vehГculo que habГa conducido el asesino.
El motor ruidoso del helicГіptero por fin dejГі de sonar, haciendo mГЎs fГЎcil el hablar mientras Riley y Bill seguГan a Holbrook a pie.
“Cuéntanos todo lo que sabes sobre este lago”, le dijo Riley a Holbrook.
“Es uno de los embalses creados por las represas en el rГo Acacia”, dijo Holbrook. “Este es el mГЎs pequeГ±o de los lagos artificiales. EstГЎ repleto de peces, y es un espacio recreativo popular, pero los espacios pГєblicos estГЎn al otro lado del lago. El cadГЎver fue descubierto por una pareja de adolescentes drogados con marihuana. Les mostrarГ© el lugar”.
Holbrook los llevГі a una cresta de piedras sobre el lago.
“Los chicos estaban justo donde estamos parados”, dijo. SeГ±alГі hacia la orilla del lago. “Miraron hacia allГ y lo vieron. Dijeron que solo parecГa ser una forma oscura en el agua”.
“¿A qué hora estuvieron aqu�”, preguntó Riley.
“Un poco más temprano que ahora”, dijo Holbrook. “Faltaron a clase y se drogaron”.
Riley analizГі todo el lugar. El sol estaba bajo, y las cimas de los acantilados de roca roja al otro lado del lago estaban ardiendo por la luz. HabГa unos botes en el agua. La distancia entre la cresta y el agua era de unos tres metros aproximadamente.
Holbrook seГ±alГі un lugar cercano donde la pendiente no era tan empinada.
“Los niños bajaron para acercarse más”, dijo. “Fue entonces cuando descubrieron lo que realmente era”.
“Pobres chicos”, pensГі Riley. Hace unas dos dГ©cadas habГa probado la marihuana en la universidad. AГєn asГ, podГa imaginarse el miedo intenso de haber hecho este descubrimiento mientras estaban drogados.
“¿Quieres bajar para ver más de cerca?”, Bill le preguntó a Riley.
“No, de aquà se ve bien”, dijo Riley.
Su instinto le decГa que estaba justo donde necesitaba estar. DespuГ©s de todo, el asesino seguramente no habГa arrastrado el cuerpo por la misma pendiente por la que habГan bajado los chicos.
“No”, pensГі. “Estuvo parado justo aquГ”.
Incluso parecГa que la escasa vegetaciГіn en la que estaba parada parecГa estar un poco deshecha.
RespirГі un poco, tratando de deslizarse en la mente del asesino. Sin duda habГa venido de noche. ВїPero en una noche clara o nublada? Bueno, en Arizona en esta Г©poca del aГ±o, las posibilidades eran que la noche fue clara. Y recordГі que la luna estarГa brillante hace aproximadamente una semana. En la luz de las estrellas y la luz de la luna, Г©l pudo haber visto que lo estaba haciendo bastante bien, posiblemente incluso sin una linterna.
Lo imaginaba poniendo el cuerpo aquГ mismo. ВїPero quГ© habГa hecho luego? Evidentemente habГa rodado el cuerpo por la cornisa. HabГa caГdo justo en las aguas poco profundas.
Pero algo no parecГa estar bien en todo este escenario. Se preguntГі una vez mГЎs, como lo habГa hecho en el aviГіn, cГіmo pudo haber sido tan descuidado.
Es cierto que, desde aquГ en la cornisa, probablemente no pudo haber visto que el cuerpo no se habГa hundido lo suficiente. Los chicos habГan descrito la bolsa como “una forma oscura en el agua”. Desde esta altura, la bolsa sumergida probablemente habГa sido invisible, incluso en una noche brillante. Г‰l habГa asumido que el cuerpo se habГa hundido, como los cuerpos reciГ©n muertos lo hacen en agua dulce, especialmente cuando son pesados con piedras.
Pero Вїpor quГ© supuso que el agua era profunda aquГ?
ObservГі el agua cristalina. En la luz del atardecer, podГa ver fГЎcilmente la cornisa sumergida por donde habГa descendido el cadГЎver. Era un ГЎrea horizontal pequeГ±a, nada mГЎs que la parte superior de una roca. Alrededor de ella, el agua era negra y profunda.
ObservГі el lago. Acantilados sobresalГan de todas partes del agua. PodГa ver que el lago Nimbo lago habГa sido un caГ±Гіn profundo antes de que la presa lo llenara con agua. Vio solo unos pocos lugares donde uno podГa caminar por la costa. Los lados del acantilado descendГan a las profundidades.
Riley vio crestas similares con aproximadamente la misma altura a su derecha e izquierda. El agua debajo de esos acantilados era oscura, sin seГ±ales de una cornisa similar a la que estaba justo debajo de esta.
SintiГі un cosquilleo de comprensiГіn.
“Él ha hecho esto antes”, les dijo a Bill y a Holbrook. “Hay otro cuerpo en este lago”.
*
Durante el viaje en helicóptero de regreso a la oficina central de la división de FBI de Phoenix, Holbrook dijo: “¿Entonces crees que sà se trata de un caso de asesinatos en serie?”.
“SГ, sГ lo creo”, dijo Riley.
“Yo no estaba seguro”, dijo Holbrook. “Estaba ansioso porque alguien bueno viniera a tomar el caso. Pero ¿qué viste que te hizo cambiar de parecer?”.
“Hay otras cornisas iguales a la que utilizГі para arrojar el cuerpo”, explicГі. “UtilizГі uno de los otros desniveles antes, y ese cuerpo se hundiГі como debГa. Pero quizГЎs no pudo encontrar el mismo lugar. O tal vez pensГі que este era el mismo lugar. De todos modos, esperГі obtener el mismo resultado esta vez, pero se equivocó”.
“Te dije que descubrirГa algo allГ”, dijo Bill.
“Unos buzos tendrán que efectuar una búsqueda en el lago”, agregó Riley.
“Costará que aprueben hacer eso”, dijo Holbrook.
“Hay que hacerlo. Hay otro cuerpo allГ abajo. Puedes contar con eso. No sГ© cuГЎnto tiempo ha pasado allГ, pero estГЎ allГ”.
Hizo una pausa, evaluando mentalmente lo que esto le decГa sobre la personalidad del asesino. Г‰l era competente y capaz. No era un perdedor patГ©tico como Eugene Fisk. Era mГЎs como Peterson, el asesino que habГa capturado y atormentado tanto a April como a ella. Era astuto y equilibrado y le encantaba matar, era un sociГіpata, en lugar de un psicГіpata. Por encima de todo, era confiado.
“Tal vez demasiado confiado para su propio bien”, pensó Riley.
PodrГa hasta ser su perdiciГіn.
“El tipo que buscamos no es ninguna escoria criminal”, dijo. “Apuesto a que es un ciudadano común, razonablemente bien educado, tal vez con una esposa y familia. Nadie que lo conoce cree que es un asesino”.
Riley observГі el rostro de Holbrook mientras hablaban. Aunque ahora sabГa algo sobre el caso que no habГa sabido antes, Holbrook aГєn le parecГa totalmente impenetrable.
El helicГіptero sobrevolГі el edificio del FBI. HabГa caГdo la noche y el ГЎrea estaba bien iluminada.
“Mira”, Bill dijo, señalando por la ventana.
Riley mirГі hacia donde seГ±alaba. Se sorprendiГі al ver que el jardГn de rocas parecГa una huella gigantesca desde aquГ. ParecГa un letrero de bienvenida. AlgГєn paisajista excГ©ntrico habГa decidido que esta imagen hecha de piedras era mГЎs adecuada para el nuevo edificio del FBI que un jardГn plantado. Centenares de piedras habГan sido cuidadosamente colocadas en filas curvas para crear la ilusiГіn acaballonada.
“Guau”, le dijo Riley a Bill. “¿Qué huella dactilar habrán utilizado? La de una persona legendaria, supongo. ¿Tal vez la de Dillinger?”.
“O tal vez la de John Wayne Gacy. O Jeffrey Dahmer”.
Esto le pareciГі un poco extraГ±o. En el suelo, nadie se imaginarГa que la disposiciГіn de piedras era algo mГЎs que un laberinto sin sentido.
Le pareciГі una seГ±al y una advertencia. Este caso iba a obligarla a ver las cosas desde una nueva y perturbadora perspectiva. Estaba a punto de entrar en un mundo de oscuridad que jamГЎs habГa imaginado.
CapГtulo Nueve
El hombre disfrutaba ver a las prostitutas callejeras. Le gustaba como se agrupaban en la esquina y caminaban por las aceras, mГЎs que todo de a dos. Le parecГa que eran mГЎs enГ©rgicas que las call girls y las acompaГ±antes, propensas a perder los estribos fГЎcilmente.
Por ejemplo, en este momento, vio a una de ellas maldiciendo a un montГіn de chicos jГіvenes toscos que estaban dentro de un vehГculo por tomar su foto. El hombre no podГa culparla por ello. DespuГ©s de todo, ella estaba aquГ para hacer negocios, no para servir como paisaje.
“¿DГіnde estГЎ el respeto?”, pensГі con una sonrisa. “Los chicos de hoy en dГa”.
Ahora los chicos estaban riГ©ndose de ella y gritando obscenidades. Pero no podГan igualar sus rГ©plicas originales, algunas de ellas en otro idioma. Le gustaba su estilo.
Estaba en un barrio pobre, estacionado cerca de una fila de moteles baratos donde las prostitutas callejeras se juntaban. Las otras chicas eran menos vivaces que la que habГa gritado las palabrotas. Sus intentos de sensualidad no podГan compararse con los de ella, y sus avances eran vulgares. Mientras observaba, una de las chicas se subiГі la falda para mostrarle sus pequeГ±as bragas al conductor de un carro que pasaba lentamente por allГ. El conductor no se detuvo.
SiguiГі mirando a la chica que le habГa llamado la atenciГіn de primera. Estaba pataleando con indignaciГіn, quejГЎndose con las otras chicas.
El hombre sabГa que podrГa tenerla si asГ lo quisiera. Ella podrГa ser su prГіxima vГctima. Todo lo que tenГa que hacer para llamar su atenciГіn era conducir hacia ella.
Pero no, no harГa eso. Nunca hacГa eso. Nunca se le acercarГa a una prostituta en la calle. Ella tenГa que acercarse a Г©l. Era igual incluso con las putas que conocГa a travГ©s de un servicio o en un burdel. LograrГa que se reunieran con Г©l a solas en alguna parte sin pedГrselo directamente. Todo parecerГa idea de ellas.
Con suerte, la chica enГ©rgica notarГa su carro caro y se le acercarГa. Su carro era una excelente carnada. TambiГ©n el hecho que Г©l se vestГa bien.
Pero sin importar como terminara la noche, tenГa que tener mГЎs cuidado que la vez pasada. HabГa sido descuidado, dejando caer su cuerpo sobre esa cornisa y esperando que se hundiera.
ВЎY habГa creado tremendo revuelo! ВЎLa hermana de un agente del FBI! Y habГan llamado a unos agentes importantes de QuГЎntico. No le gustaba eso. No querГa ni publicidad ni fama. Todo lo que querГa hacer era satisfacer sus antojos.
ВїY no tenГa todo el derecho a hacerlo? ВїQuГ© hombre adulto sano no tiene sus antojos?
Ahora iban a enviar buzos al lago para buscar cuerpos. SabГa lo que podrГan encontrar allГ, incluso despuГ©s de tres aГ±os. No le gustaba eso en lo absoluto.
No solo se preocupaba por sГ mismo. Curiosamente, se sentГa mal por el lago. Hacer que los buzos buscaran entre todos sus rincones le parecГa algo obsceno e invasor, una violaciГіn imperdonable. DespuГ©s de todo, el lago no habГa hecho nada malo. ВїPor quГ© debГa de ser invadido?
De todos modos, no estaba preocupado. No habГa manera que pudieran rastrearlo a travГ©s de las vГctimas. Simplemente no iba a suceder. Sin embargo, ya habГa acabado con ese lago. No habГa decidido aГєn dГіnde depositar su prГіxima vГctima, pero estaba seguro que tomarГa una decisiГіn antes de terminada la noche.
Ahora la chica vivaz estaba mirando su carro. ComenzГі a caminar hacia Г©l.
BajГі la ventanilla del asiento del pasajero y ella asomГі la cabeza. Era una latina de piel oscura, con un maquillaje intenso compuesto de un delineado de labios, sombra de ojos colorida y cejas arqueadas que parecГan ser tatuadas. Sus aretes eran unos crucifijos de oro grandes.
“Bonito carro”, dijo.
Г‰l sonriГі.
“¿Qué hace una chica tan linda en la calle tan tarde?”, preguntó. “¿Ya no es tu hora de dormir?”.
“Tal vez deberГas arroparme”, dijo ella, sonriendo.
Sus dientes le parecieron extraordinariamente limpios y rectos. De hecho, se veГa muy saludable. Era muy raro ver eso aquГ en las calles, donde la mayorГa de las chicas estaban en diversas etapas de adicciГіn a la metanfetamina.
“Me gusta tu estilo”, dijo. “Muy chola”.
Su sonrisa se ensanchГі. PodГa ver que le gustaba ser conocida como la latina que se tiraba a los pandilleros.
“¿Cuál es tu nombre?”, preguntó.
“Socorro”.
“Ah, Socorro”, pensó. “Sinónimo de ayuda”.
“Apuesto a que socorres a bastantes hombres”, dijo en un tono lascivo.
Sus ojos color marrón oscuro lo miraban lascivamente. “Tal vez puedo socorrerte ahora mismo”.
“Tal vez”, dijo.
Pero antes de que pudieran comenzar a fijar los tГ©rminos, un carro se estacionГі justo detrГЎs de Г©l. EscuchГі a un hombre gritar desde la ventanilla del conductor.
“¡Socorro!”, gritó. “¡Vente!”.
La chica subiГі la mirada con una demostraciГіn pobre de indignaciГіn.
“¿Por qué?”, gritó.
“Vente aquГ, ВЎputa!”.
El hombre detectГі un poco de miedo en los ojos de la chica. No podГa ser porque el hombre en el carro la habГa llamado puta. SuponГa que el hombre era su proxeneta, viniendo a ver cuГЎnto dinero habГa ganado esta noche.
“¡Pinche Pablo!”. Murmuró el insulto en voz baja. Luego caminó hacia el carro.
El hombre se quedГі allГ, preguntГЎndose si iba a volver, si aГєn querrГa hacer negocios con Г©l. De cualquier manera, esto no le gustaba. Esperar no era su estilo.
Su interГ©s en la chica de repente se esfumГі. No, no perderГa su tiempo con ella. No tenГa ni idea de lo afortunada que era.
AdemГЎs, ВїquГ© estaba haciendo rebajГЎndose de esta manera? Su prГіxima vГctima deberГa tener mГЎs clase.
“Chiffon”, pensГі. Casi habГa olvidado a Chiffon. “Pero tal vez la he estado guardando para una ocasiГіn especial”.
PodГa esperar. No tenГa que ser esta noche. Se fue conduciendo, regocijГЎndose por su autocontrol, a pesar de sus enormes antojos. Consideraba que era una de sus mejores cualidades personales.
DespuГ©s de todo, era un hombre muy civilizado.
CapГtulo Diez
Las tres mujeres jГіvenes en la sala de entrevistas no se veГan como Riley habГa esperado. Las observГі por unos momentos por el espejo unidireccional. Estaban elegantemente vestidas, casi como secretarias bien pagadas. Le habГan informado que sus nombres eran Mitzi, Koreen y Tantra. Riley estaba segura que esos no eran sus verdaderos nombres.
TambiГ©n dudaba que se vestГan de esta forma para ir a trabajar. Trabajando por aproximadamente unos 250 dГіlares por hora, seguramente habГan invertido en un gran vestuario para satisfacer todo tipo de fantasГas. HabГan sido compaГ±eras de Nancy “Nanette” Holbrook en AcompaГ±antes Ishtar. La ropa que Nancy Holbrook habГa estado usando cuando fue asesinada habГa sido notablemente menos elegante. Sin embargo, Riley supuso que las mujeres querГan verse respetables cuando no estaban trabajando.
Aunque las prostitutas habГan desempeГ±ado un papel en algunos de los casos que Riley habГa investigado en el pasado, esta era la primera vez que habГa tenido que trabajar directamente con ellas. Estas mujeres tambiГ©n eran posibles vГctimas. Incluso podГan ser presuntas sospechosas, aunque prГЎcticamente todos los asesinatos de este tipo eran perpetrados por hombres. Riley se sentГa segura que estas mujeres no eran la clase de monstruos que cazaba en su trabajo.
Era el domingo por la tarde. Riley y Bill se habГan establecido en sus habitaciones de hotel separadas y cГіmodas cerca del FBI la noche anterior. Riley habГa llamado a April, quien estaba en un hotel de Washington, DC debido a su excursiГіn. April se habГa reГdo bastante y sonaba feliz, le habГa advertido a su madre que realmente no tenГa tiempo para atender llamadas. “Te enviarГ© un mensaje de texto maГ±ana”, le habГa dicho April, gritando sobre el clamor adolescente en el fondo.
Riley sentГa que habГan perdido casi todo el dГa. Les habГa tomado casi todo el dГa encontrar a las prostitutas y traerlas a la Oficina. Riley le habГa dicho al agente especial encargado Elgin Morley que querГa hablar con ellas sin hombres. Tal vez serГan mГЎs abiertas con otra mujer. Ahora pensГі en observar y escucharlas durante unos minutos antes de interrogarlas. PodГa oГr su conversaciГіn por el altavoz.
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